Para los nostálgicos de la sala, Cloudpaint, una versión en línea completa del mítico MacPaint con el que muchos empezamos a alucinar con los Macintosh y a comprender que el futuro estaba en los interfaces gráficos de usuario.
¡Qué tiempos aquellos –1984– en los que había que esperar a que se cargara el sistema para luego arrancar MacPaint o MacWrite! Igual si busco un poco aún encuentro el diskette que lo contenía.
Ahora cabe en un navegador y ni nos enteramos del tiempo que tarda en cargar.
Buscar en Google es muy fácil, pero buscar en Google como un Jedi y encontrar los que se busca de forma más rápida y certera tampoco es mucho más difícil, sobre todo con esta chuleta:
Comillas (“”) hace una búsqueda exacta de la palabra o frase entrecomillada
Guión (–) excluye una palabra de la búsqueda
Tilde o virgulilla (~) incluye una palabra en la búsqueda
site:microsiervos.com ... hace la búsqueda dentro de este sitio web
link:microsiervos.com ... busca en los sitios que enlazan a ese sitio
Dos puntos (..) para expresar un rango de cifras (fechas, precios, medidas,...) [esta no me la sabía]
related:microsiervos.com encuentra sitios relacionados con el dominio indicado
La verdad es que poco más se puede decir de este... ejem... peculiar... vídeo protagonizado por los jefazos -hasta hace relativamente poco- de Microsoft. Nótese el uso de las comillas del Dr. Maligno. ¡Esa sí que debió ser una buena fiesta! El vídeo lo firma James Etue y no sabemos mucho de él excepto que es tan real como la vida misma.
¿Sabes esos unboxing superdetallados de teléfonos móviles, tabletas y otros gadgets? Pues Matt Parker de Numberphile ha hecho lo mismo, medio en serio medio en broma, con calculadoras normales y corrientes.
En su particular comparativa ha incluido una calculadora de andar por casa, otra científica y otra de Philips más «de diseño» digamos.
Además del detallado desempaquetado en sí y de un jocoso test de resistencia –lanzándolas desde diversas alturas– hay algunas pruebas curiosas que quizá no conozcas y que permiten dar con los límites de estos pequeños trastos. Algunas son simples como que 1/0 debe dar error, pero otras son más intrincadas:
La prueba de «raíz de dos». Consiste en pulsar 2 «raíz cuadrada» «multiplicado por» 2 «raíz cuadrada». Esto equivale a calcular √2 × √2 que debería ser 2. Pero algunas calculadoras se quedan en 1,99999… sin mostrar el resultado exacto.
Calcular el seno de un número muy pequeño. Por ejemplo sin(0,001) = 0,00999987… Cuanto más pequeño el valor, más probable es que la calculadora se haga un lío y no calcule bien los decimales. En el ejemplo, la calculadora científica del vídeo considera que sin(0,00001) = 0,00001 (erróneo).
¿Quién necesita una calculadora hoy en día teniendo un teléfono móvil a mano? A pesar de que parezcan aparatos viejunos tienen su utilidad todavía en tiendas, entornos de oficina y muchos otros sitios. Y si le pasas estas pruebas a la calculadora de tu teléfono móvil… igual te llevas una desagradable sorpresa.
“No Continue Kid”, la serie que mezcla los juegos retro con una historia romántica.
El pasado Viernes 4 de Octubre se estrenó por las señal de TV-Tokyo una inusual serie o “drama” que tiene como temática principal, algo que nos concierne mucho, los juegos retro. La serie llama “No Continue Kid. Bokura no Geemu Shi”(No Continue Kid. La Historia de nuestros juegos).
La historia transcurre en el año 1983. Reiji Watanabe es un adolescente de 15 años, y su padre, Masashi, es el dueño de un local de Arcades, o “game center”. De vez en cuando, Reiji ayuda a su padre a mantener el negocio, hasta que un día se da cuenta que en la pizarra de los mejores puntajes del local, aparece el nombre de “KID” (Kido) en el puntaje máximo de Xevious, aquel nombre es precisamente el apellido de Akinobu, uno de sus compañeros de clase en la escuela. Sin tener mayor interés en los videojuegos, Reiji comienza a salir con Fumi, una guapa chica, que también es una excelente jugadora de Xevious y que frecuenta el local de su padre. Reiji, en un intento desesperado de impresionar a Fumi, toma la mala decisión de decirle que él es el famoso “KID”.
A continuación, el comercial del segundo capitulo:
Como pueden darse cuenta, esta es una historia romántica y de comedia, con un atractivo trasfondo de los años 80s y los videojuegos retro. Al parecer, también podremos ver a muchos juegos clásicos de la época, tomar gran importancia en la serie, como Pac-Man, Super Mario Bros. Xevious y por supuesto, Dragon Quest. La serie también planea contar acerca de los 30 años de historia de videojuegos, que transcurren entre 1983 y 2013.
Esperemos que pronto aparezca algún grupo que se proponga subtitular esta serie, aunque sea en ingles, ya que de verdad, nos ha dejado muy entusiasmados.
If you haven't gotten a chance to sit down and watch Pendelton Ward's animated web series Bravest Warriors, now's a good time to binge on it. Cartoon Hangover has conveniently loaded the entire first season into a single YouTube video.
Los lectores habituales de este blog estarán acostumbrados al término empleado en el título: hace mención al proceso mediante el cual los artículos científicos son revisados por expertos en la materia para evaluar si reúnen los méritos suficientes (originalidad, corrección) que justifican su publicación. Si el trabajo adolece de fallos corregibles, se le da al autor la posibilidad de enmendarlos.
Las revistas científicas se rigen principalmente por dos modelos de pago. El primero, el clásico, acepta artículos sin coste para el autor y cobra una suscripción a los lectores, que generalmente son clientes institucionales (ej: universidades) o permite acceder a los artículos de forma individual mediante un pago puntual; para que se hagan una idea, un trabajo al azar publicado por la editorial de Nature cuesta 30 €. El segundo modelo permite a los lectores acceder de forma grauita a todo el texto de la revista pero traslada el coste al autor; PLOS One, un ejemplo paradigmático de este modelo, cobra $1500 por artículo aceptado. También existen revistas que cobran al autor por enviar trabajos, por aceptarlos y por leerlos, o revistas que no cobran nada a nadie.
Aunque el segundo modelo ha permitido grandes avances a la hora de permitir un mayor acceso a investigaciones recientes, bajo su paraguas también han surgido como setas revistas cuyo único propósito consiste en hacer pasar al autor por caja independientemente de la calidad de los trabajos enviados. No siempre es sencillo saber qué revista es buena y cuál aceptará cualquier recorte convenientemente tuneado que le enviemos de la revista Más Allá. Jeffrey Beall, bibliotecario de la Universidad de Colorado Denver, mantiene una lista de editores de dudosa reputación que conviene investigar antes de lanzarse a publicar con ellos.
Hoy se publica en Scienceun estudio que consistió en la elaboración de un artículo con unos errores metodológicos tan graves que, según el propio autor, «cualquier revisor competente» debería darse cuenta de que era un engaño. Este artículo se envió a una selección de revistas de acceso abierto; algunas de ellas aparecen en la lista de Beall y otras se sacaron del DOAJ, un directorio público que agrupa a este tipo de publicaciones. Para no enviar exactamente el mismo artículo a todas partes, se aleatorizó parte del contenido y el nombre de los autores. En caso de aceptación, se enviaba al editor un e-mail tipo que avisaba de que se había encontrado un error gravísimo en el trabajo y se solicitaba su retirada.
Se enviaron 304 artículos en total, de los cuales 98 se rechazaron (PLOS One entre ellos) y 157 se aceptaron. El resto están pendiente de respuesta (igual nadie sigue editando la revista, pero la web sigue en pie) o en proceso de revisión.
Resumen gráfico del destino de los artículos. “Who is afraid of peer review?”, John Bohannon, Science 4 October 2013: Vol. 342 no. 6154 pp. 60-65.
Les animo que se lean el artículo completo, que no tiene desperdicio; no debe tomarse como una diatriba sobre el modelo de acceso abierto en general sino una prueba que permite seleccionar qué revistas son de fiar y cuáles una pantalla que oculta un proceso bastante turbio. El trabajo se complementa con la publicación de una extensa base de datos en la que se puede consultar quiénes aceptaron el artículo y dónde están localizados geográficamente.
Es otra de las muchas expresiones que se siguen utilizando de forma habitual y que también se originó en Madrid. Cuando queremos destacar la altanería o prepotencia de una persona decimos que “es más chulo que un ocho”. ¿Os habíais detenido a buscarle alguna lógica a esta frase? Para entender [...]
Hace mucho que no os propongo ninguna recomendación gastronómica así que vamos a retomar esta sana costumbre con uno de mis lugares ‘top’ de Madrid. Si os gusta la comida japonesa es imprescindible que tarde o temprano os dejéis caer por el encantador restaurante Naomi. La palabra que mejor define […]
The Price Geek calcula el precio al que puedes vender o comprar todo tipo de gadgets de segunda mano, incluyendo teléfonos móviles, videoconsolas, tabletas, cámaras, ordenadores,... Para calcularlo Price Geek revisa los precios de pujas recién cerradas y de pujas próximas a finalizar en eBay así como los precios de segunda mano del producto consultado en sitios como Amazon o Target, Buy y similares. Después pasa todos esos datos por la Thermomix y da un rango de precios y un precio promedio para el producto.
Aunque The Price Geek no analiza los datos en España más o menos los precios de US o UK pueden dar una pista para hacerse una idea de cuánto puedes pedir o de cuánto deberías pagar como mucho por algún gadget de segunda mano — o dónde comprar un producto de segunda mano al precio justo.
Sad news as the nation of Japan has been overrun by giant, anthropomorphic lighters, as evidenced by this commercial. These creatures are insane, sticking their asses in our computers, sleeping with our match-headed woman, and, worst of all, teaching the English alphabet improperly.
One of the many reasons we're excited for the return of Omni magazine is access to their vaults. Just recently, the new owners of the magazine republished this iconic Dune art from a collection of rare work by John Schoenherr. Not only are these illustrations stunning, but Frank Herbert praised their accuracy.
You're not a pop culture juggernaut until Mr. Potato Head says you are. Spider-Man? Star Wars? Star Trek? Kiss? Batman? All these were nothing until this starchy Solomon designed to recognize them with a themed Mr. Potato Head toy. And now, Doctor Who is joining this carbohydrate-loaded elite.
Mientras que las ventas de discos de vinilo han aumentado en un 30% durante los últimos 6 años [4,5 millones en 2012, en EE UU], las ventas de tocadiscos se han mantenido relativamente estables durante ese mismo tiempo [~110.000 unidades al año en EE UU]. Así que, o los tocadiscos de ahora duran mucho más que los de antes o algo está sucediendo con todos esos discos que se venden.
Los hipsters «utilizan» los tocadiscos que eran de sus padres, aunque no funcionen.
¡Alabado sea el FSM! Efectivamente: esta es la secuela de la mítica serie documental Cosmos: un viaje personal de Carl Sagan, de la que la Fox ha dejado ver un prometedor trailer en la Comic-Con. Llega con un par de años de retraso sobre lo previsto pero más vale tarde que nunca.
Su título oficial es Cosmos: A Spacetime Odyssey y el protagonista es el polifacético astrónomo Neil deGrasse Tyson – seriedad, calidad y diversión garantizadas, vamos.
En total serán 13 episodios, que se estrenarán en 2014. Por lo que deja ver el trailer parece que tiene bastante más de remake que de nuevo documental: muchos y poderosos efectos especiales, un narrador con pinta entre Batman y Men in Black y una mezcla de escenarios interesantes, animación y escenas generadas por ordenador.
Actualización (23:30): Parece que el vídeo funciona solo a ratos o que directamente lo han retirado y ya no está en YouTube. ¡Ouch! Cuando haya algún otro estable lo ponemos.
Durante estos años dedicado al mundo de la investigación he aprendido muchas cosas. Entre las más importantes, a ordenar.
La organización de los datos, documentos y programas relacionados con un proyecto de investigación es de tal importancia que si no le prestamos suficiente atención podemos sufrir de análisis que aparecen sin saber de dónde vienen, datos extraviados, figuras generadas a partir de datos antiguos y todo lo anterior más otras pesadillas que no voy a relatar aquí porque me quedaría sin espacio. Se lo digo por experiencia.
La mayoría de las tareas que se pueden llevar a cabo para mejorar la organización de un proyecto suenan a perogrullo en cuanto se leen, pero sigan conmigo y es posible que vean que muchas de ellas no se les habían pasado por la cabeza o no sabían que les podían solucionar tanto la vida.
Empecemos por la estructura de directorios. En el artículo de PLOS se sugiere el siguiente esquema:
Como siempre en estos casos, cada proyecto es un mundo y cada laboratorio tiene sus propias idiosincrasias que nos empujan a hacer las cosas de una forma o de otra.Lo importante es la idea:
Los datos están aislados en su propio directorio. En el ejemplo, además, están organizados según la fecha de adquisición.
Los programas que se utilizan para el procesamiento están también en su propio directorio separado. Se separa el código fuente de los ejecutables, si se da el caso de que utilizamos lenguajes compilados.
Los resultados que vamos obteniendo también van a su propio directorio y también se ordenan por fecha.
El artículo o artículos resultantes van también a su propio compartimento.
Como digo, lo importante es la separación (datos, programas y resultados/informes/artículos cada uno por su lado). Lo de utilizar el formato de fecha definido en el ISO 8601 (YYYY-MM-DD) ayuda a tener organizar mejor los archivos al poderlos ordenar por fecha y por nombre al mismo tiempo.
Un inciso sobre los datos. Los datos son el corazón del proyecto y de ellos salen todos los resultados que podamos conseguir. Normalmente, conseguirlos habrá supuesto horas y sangre, sudor, lágrimas y posiblemente sueldos de técnicos de laboratorio y horas de uso de equipos. Entrar en el directorio de los datos es como ponerse delante de un jarrón chino muy caro: no tiene por qué pasar nada, pero, ¡ay como pase! Un análisis que escriba donde no deba y Poof! It’s gone.
Consideren lo siguiente: los permisos del directorio que contiene los datos crudos son de mírame pero no me toques. Sólo lectura. Eso nos ahorrará más de un rechinar de dientes. Para los resultados intermedios o los datos procesados siempre podremos tener directorios separados (y, lo que es más importante, si los machacamos por error siempre podremos volver a replicarlos).
Lo de los permisos de sólo lectura para los datos crudos viene muy bien para muchos tipos de análisis (scripts en R / Python / lo-que-sea, imágenes, etc…) pero seguramente están pensando que sus datos crudos están guardados en hojas de Excel y que ahí no les queda más remedio que pringarse y escribir sobre la misma hoja que los contiene. Sepan que es posible importar datos de una hoja Excel (la original con los datos) a otra (la que tendrá las fórmulas con las que estamos trabajando).
Ya que hablamos de scripts: en un mundo ideal, el análisis de nuestros datos lo lleva un único programa que arranca, lee los datos crudos, realiza las transformaciones necesarias y escupe una salida bonita, preciosa, final y definitiva. En el mundo real, esto no siempre es posible, bien porque tengamos que juntar varias herramientas de distintos ámbitos o por los peregrinos motivos que sean. En este caso, sí que es muy interesante poder escribir otro script que simplemente actúe de pegamento entre los que arrojan resultados parciales de la forma más automática posible. Todo por la reproducibilidad.
Si les es posible utilizarlos, R markdown / Sweave / ipython notebook permiten escribir código a la vez que la documentación de una tacada. Esto tiene la ventaja de que el documento resultante después de cada ejecución siempre contendrá los resultados (sí, esto incluye las figuras) más recientes.
Todo lo anterior puede valer de bien poco si no hay una instrucciones claras sobre por dónde empezar a coger todo lo que se ha hecho. Conviene crear un archivo (README.txt, LEEME.txt, info.txt o un nombre descriptivo similar) en cada directorio raíz. Así podemos dar indicaciones a los que vengan detrás de nosotros (pista: uno de los que viene detrás es uno mismo tres meses después de haber terminado todo porque los revisores de la revista han sido unos pesados y piden hacer mediciones y experimentos adicionales; hoy me acuerdo de cómo está todo montado, mañana no). De comentar el código no he dicho nada pero ya se imaginarán que hay que comentar todo: sobre qué datos actúa este programa, cuál es la salida esperada, qué parámetros recibe y qué significan, qué ecuaciones de qué artículo se están implementando, quién lo programó (para pedirle cuentas o mandar a sicarios a su casa si se encuentran chapuzas gordas)…
Y por último: utilicen algún sistema de control de versiones. No es necesario ser ingeniero para que parte de su trabajo consista en programarse algo (un script de análisis estadístico en SAS, por ejemplo) que habrá que retocar una y otra y otra vez hasta que funcione bien, y luego probarlo, y cuando hayamos conseguido que medio funcione y lo hayamos vuelto a romper sin darnos cuenta ya habremos hecho cambios más allá del poder de recuperación del Control + Z. Hablen con su ingeniero de cabecera, él les podrá guiar.
Toda aquella buena práctica que hayan descubierto que es tremendamente útil y que no esté reflejada ni en este artículo ni en los enlaces de arriba es más que bienvenida en los comentarios.
Juas! Veis como hay que usar Java o es fin de la sociedad moderna.
Mira que es difícil grabar un trailer de cierta calidad con un poco de gracia: pues con Javapocalypse lo han logrado – y eso que solo se reirán a carcajadas los programadores y algunos grupos de geeks, porque no es para nada apto para todos los públicos. El guión es sencillo: el fin de Java ¡y del mundo! debido a que se ha detectado un problema de seguridad.
El asunto era promocionar JavaZone 2013, el encuentro para desarrolladores Java escandinavos – sin duda un grupo multitudinario… conocido por los renos de la zona y en sus casas a la hora de comer.
It can be a revelation to see an author in the place where he or she invented your favorite fantasy worlds. Out of these humble machines and cluttered studies come alternate realities.
By definition, the Technological Singularity is a blind spot in our predictive thinking. Futurists have a hard time imagining what life will be like after we create greater-than-human artificial intelligences. Here are seven outcomes of the Singularity that nobody thinks about — and which could leave us completely blindsided.