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13 Jul 16:03

Epitafio del enamorado

Si alguien quiere escribir mi biografía
no hay nada más sencillo:
dispone de dos fechas solamente.
La del día en que te conocí
y la del que te fuiste.
Entre una y otra transcurrió mi vida.
Lo que ocurriera antes lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia.

Juan Bonilla

08 Apr 17:16

Espinacas con garbanzos tostados y salsa de yogur

by Mikel López Iturriaga

Espinacas con garbanzos tostados y salsa de yogur

El viejo recurso del filtro de Instagram para que cuele una foto del móvil. / EL COMIDISTA

 

"Ya está el plasta este con los garbanzos y las espinacas otra vez", imagino que estarán pensando los seguidores más pertinaces de El Comidista. ¿Y qué le voy a hacer si yoooo, nací para comer garbanzos y espinacas? Me requetechifla esta combinación, y no puedo más que insistir en ella en todas sus formas y maneras. Creo que son dos ingredientes que vinieron al mundo para intimar, cohabitar e incluso tener sexo entre ellos, así que no me voy a arrugar a la hora de publicar la enésima receta en la que aparecen juntos.

Además, estamos en plena Semana Santa, y como buenos cristianos no sólo no debemos fornicar o visitar clubes de hombres nocturnos, sino tampoco ponernos como zepelines a carnaza. Lo suyo estos días son los potajes monacales, pero como la SS ha caído un poco tardía este año, os traigo una propuesta garbancera más ligera y menos calurosa, nacida de la purísima improvisación un día que compré un manojo de espinacas frescas y no sabía qué hacer con ellas.

La idea de tostar los garbanzos me la inspiró David Robin Food de Jorge en una de nuestras jacarandosas intervenciones en el Hoy por hoy de la Cadena Ser, donde compartimos sección culinaria cada lunes a las 11.30. Yo siempre había sido timidillo con el salteado de dicha legumbre por miedo a su desintegración, pero lo cierto es que el sabor se intensifica sin que la textura se resienta demasiado. El punto tostado va tan bien con las espinacas como con el yogur. Aunque lo mejor de este plato es que tardas unos 10 minutos en prepararlo, y parece que te lo has currado.

Dificultad

Es una jetarreceta.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 800 g de espinacas frescas
  • 300 g de garbanzos cocidos
  • 2 filetes de anchoa
  • 200 g de yogur griego
  • 1 limón
  • 1 cucharadita de pimentón picante o dulce
  • 1/3 cucharadita rasa de azúcar
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra recién molida

Preparación

1. Mezclar el yogur con el zumo del limón, el pimentón y el azúcar. Salpimentar con generosidad, que quede alegre. Esta salsa debe estar a temperatura ambiente cuando la vayamos a usar.

2. En un mortero o un plato hondo con un tenedor, aplastar las anchoas con un par de cucharadas de aceite hasta formar una pasta.

3. Saltear los garbanzos a fuego vivo en una sartén grande con una cucharada de aceite unos 4 o 5 minutos, o hasta que se doren. Pasarlos a un plato con cuidado para que no se deshagan.

4. En la misma sartén, añadir otra cucharada de aceite y poner las espinacas. Tapar e ir moviendo de vez en cuando para que pierdan volumen. A los 3 o 4 minutos, cuando ya estén blandas, mezclar con la pasta de anchoas y los garbanzos y remover. Salar con mucha moderación, probando hasta alcanzar el punto deseado.

5. Repartir las espinacas con garbanzos en los platos, con la salsa de yogur. Espolvorear un poco más de pimentón y servir.

30 May 08:40

Me topé con ese poema de Bukowski que

by Gilda Manso

Me topé con ese poema de Bukowski que dice: “Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir / pero soy duro con él / le digo quédate ahí dentro / no voy a permitir que nadie te vea. / Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir / pero yo le echo whisky encima y me trago / el humo de los cigarrillos / y las putas y los camareros / y los dependientes de ultramarinos / nunca se dan cuenta / de que está ahí dentro (…)”.

Y pensé: entre los mitos erróneos que heredamos, está ése, el mito del pájaro azul. El pájaro azul de nuestro corazón que debe permanecer oculto, porque si lo mostramos al mundo, el mundo puede cazarlo, enjaularlo, quitarle las plumas una por una, arrancarle la música, clavarle una aguja en el corazón, en el corazón del pájaro azul de nuestro corazón, que no es otra cosa que nuestro corazón, y finalmente prenderlo fuego. Heredamos la idea equivocada de que ser bellos es debilidad, que ser amables es debilidad, que ser suaves es debilidad, que querer es debilidad, que ser el primero en decir te quiero es el colmo de la debilidad, que apostar por algo es debilidad (porque apostar por algo es creer en ese algo, y creer es debilidad), que tener ganas es debilidad; en resumen: que la vida es debilidad. Que el pájaro azul nos hace débiles. Que nada debe ser mostrado a las putas, a los camareros y a los dependientes de ultramarinos, entre otra gente. Porque Bukowski también heredó eso, no crean que no. Pero Bukowski contaba con una cuestionable ventaja: era Bukowski. Nosotros no somos Bukowski. Nosotros sentimos el latido, las ansias, el aleteo del pájaro azul, le decimos “chito, quieto, cerrá el pico”, nos hacemos los malos, y no somos Bukowski, ni de puertas para afuera ni, mucho menos, de puertas para adentro. Somos nosotros, que nos ponemos un saquito cuando hace frío, nos preparamos un té y apoyamos el culo en la estufa. No somos poetas malditos. Y actuamos como si no supiéramos que el miedo a que el mundo incinere a nuestro pájaro azul tiene un porcentaje de absurdo, porque el mundo somos, también, nosotros. Nosotros, los del pájaro azul. Y si resulta que, a pesar de todo, el mundo saca su costado malvado y le prende fuego a nuestro pájaro azul, será doloroso, claro; pero no finjamos ignorancia, no finjamos haber nacido ayer: nuestra experiencia sabe que el pájaro azul es un fénix: ya nos lastimaron, y -qué maravilla- acá estamos.

Así que dejémonos de joder, por favor. Miedo tenemos todos. Lo mejor que podemos hacer es ser hermosos, una y otra y otra y otra vez.

30 Apr 09:04

Robert Downy Jr. con más clase que tú desde siempre


30 Apr 08:57

Lola no sabe como funciona su tienda de campaña

Kalelena

Qué linda


29 Apr 12:45

El hormiguero humano

by ChinoChano
Los medios de Hong Kong han recordado las pasadas semanas el vigésimo aniversario del final de la Ciudad Amurallada de Kowloon, una especie de barrio sin dios ni ley que desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta su demolición en 1993 se convirtió en sinónimo de hacinamiento, insalubridad y vicio. Un escenario casi de pesadilla, pero que sigue fascinando a los que dos décadas después se acercan a su historia. El periódico South China Morning Post le dedicó una fabulosa infografía que se diría inspirada en 13 Rue del Percebe -no en vano su autor es un diseñador español- que en parte os pongo aquí, aunque con un poco de suerte podéis verla más detalladamente en este enlace (digo lo de la suerte porque no sé si hace falta tener una suscripción al diario para entrar).



La Ciudad Amurallada de Kowloon era una barriada de Hong Kong que en los años 80 llegó a albergar unas 50.000 personas en 2,7 hectáreas (27.000 metros cuadrados), lo que convertía el lugar en uno de los más densamente poblados del planeta, con 1,9 millones de habitantes por kilómetro cuadrado. Para haceros una idea, el país más densamente poblado del mundo, Monaco, tiene 17.000 habitantes por kilómetro cuadrado. En la Ciudad Amurallada tocaban a unos 4 metros cuadrados por persona para vivir.






El lugar era una anomalía dentro de Hong Kong, que ya de por sí era anómala. Aunque desde el siglo XIX Hong Kong era posesión británica, la China Imperial estuvo autorizada a conservar un recinto amurallado en Kowloon (la parte penínsular de la ahora ex colonia), que durante unas décadas fue un fuerte militar chino enmedio de la colonia. En el siglo XX el recinto alternó épocas de control chino con otras en que los británicos se hicieron cargo del lugar, pero después de la Segunda Guerra Mundial acabó convirtiéndose en una tierra de nadie, un lugar donde no gobernaban ni chinos ni británicos. Como consecuencia de esto, se convirtió en un nido de mafias, o tríadas, como se suele llamar a las de Hong Kong. Al mismo tiempo, esta ciudad sin ley empezó a crecer hacia arriba, desenfrenadamente y sin arquitecto alguno que pusiera orden. En los 60 y 70 se convirtió en un inmenso bloque de bloques con multitud de fumaderos de opio, pisos de narcotraficantes y prostíbulos, cuyas "calles" interiores estaban iluminadas por lámparas fluorescentes porque a ellas no llegaba el sol, tapado por los cables y la basura enredada en ellos (con la excepción del patio interior que habréis visto en algunas fotos del principio). No es extraño que los hongkoneses llamaran al lugar "la Ciudad de la Oscuridad".





Dicen que la policía, los inspectores de sanidad y los cobradores de impuestos no se atrevían a poner un pie en ese lugar, aunque tras varias décadas siendo sinónimo de perdición acabó siendo "limpiado" por una serie de redadas que lograron acabar con muchas de las triadas que allí mandaban. En los 80 dejo de ser tan peligroso, aunque aún operaban allí muchas clínicas ilegales y dentistas sin licencia. Se mantuvo como un barrio humilde, incluso con un clima de buena vecindad -al estar tan hacinados, la solidaridad con el vecino se hacía casi obligatoria- que sus habitantes de entonces hasta recuerdan con nostalgia. Ah, el lugar estaba cerca de las pistas del antiguo aeropuerto hongkonés, así que los habitantes de los pisos más altos casi podían tocar los trenes de aterrizaje de los aviones, e imagino que soportarían un ruido ensordecedor de esos aparatos.

A mediados de los 80, cuando China y Reino Unido acordaron la devolución de Hong Kong, también decidieron conjuntamente acabar con la Ciudad Amurallada, sinónimo de caos y anarquía. A principios de los 90 se comenzó a echar a los vecinos del lugar con indemnizaciones, aunque, como suele pasar en China, no todos estaban de acuerdo con las que les ofrecieron, y más de uno se resistió a irse de allí. Algunos desalojos fueron violentos, como muestran algunas fotos de la época. Finalmente, entre marzo y abril de 1993 comenzaron las demoliciones, que terminaron definitivamente en 1994. En el lugar donde estaba este antro ahora hay un verdoso parque con algunos vestigios históricos de la época imperial china, y una maqueta en bronce de cuando fue un hormiguero humano.





Antes de la demolición, a unos artistas japoneses se les encargó dibujar la Ciudad Amurallada "por dentro", es decir, hacer un corte transversal imaginario a sus edificios y recrear con siluetas el increíble lugar. Su trabajo no es menos increíble: aquí lo tenéis pero demasiado pequeño para que lo podáis apreciar en toda su grandeza. En este enlace tenéis una pequeña parte de esa obra, os permitirá ver el trabajo de chinos que realizaron estos japoneses. La Ciudad Amurallada ya no existe, aunque si un día vais a la ex colonia británica y os alojáis en las Chunking Mansions, podréis captar algo de su atmósfera tenebrosa.
29 Apr 09:52

Máscara

Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara
No lograba encajarla conmigo
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.

-María Clara González

29 Apr 09:50

Photo



29 Apr 09:49

Photo



29 Apr 09:49

Samuel Beckett



Samuel Beckett

29 Apr 09:44

The Very Many Varieties of Beer

Kalelena

Tanto que beber



The Very Many Varieties of Beer