Snob

The Meddling Kids + Sidekicks + Mysteries formula for cartoon series is not terribly unique, but Scooby-Doo has been at it for 11 iterations. Until the latest series, it has been a campy episodic series for Saturday mornings, with the occasional campy movie. The kids come across a mystery, then one way or another, they solve it. You learn about the villain behind the crimes, but never about the crime-solvers. All that changed with the newest series, Scooby-Doo! Mystery Incorporated, which some folks consider to be the best Scooby-Doo series ever, with an over-arching story, character development (spoilers!), and a ton of geeky references, as picked apart in depth on TV Tropes.

Como ya hiciéramos con los nombres de varón, nos hemos propuesto mapear los nombres de chica más utilizados en España desde principios de siglo, básicamente desde que el Instituto Nacional de Estadística tiene registro, para ver si cazábamos algún patrón y por pura curiosidad.
Efectivamente, podemos ver que hay algún patrón (como en el caso de los chicos), cómo los nombres se propagan de una provincia a las limítrofes (o a aquellas en las que existe emigración/inmigración), vemos que las islas tienen vida propia, lo que es lógico por su aislamiento natural…
También podemos ver cómo provincias que se pasan años y más años con un nombre a cuestas, cuando se desembarazan de el, lo condenan al destierro.

Vamos a ver, década a década, esta evolución:

1. Antes de 1930: María

María se impone claramente en casi todas las provincias. Unas 750.000 mujeres de entonces (el 7%) se llamaban así. Le sigue de cerca Carmen, con medio millón de personas. El punto folclórico lo pone Zaragoza, donde, como no, las niñas se llaman Pilar.
En Bizkaia siguen con su gusto por los nombres compuestos: María Carmen (aunque muy pronto se extenderá al resto del Estado) y las alavesas se llaman Felisa. No, no haré el ripio.

 

2. 1930: María

En esta década las niñas se siguen llamando María, pero Carmen avanza en un corredor sur norte, desde Andalucía hasta Soria. También María Carmen se extiende desde Bizkaia por la cornisa cantábrica y el noroeste de Castilla, lo que venía a ser Castilla la Vieja de entonces. Alicante y Huelva van a su bola con Josefa y en Aragón siguen poniendo la nota folk llamando a las niñas Pilar. Eso sí, ahora ya en toda la región.

 

3. 1940: María Carmen

María Carmen se ha extendido definitivamente por todo el norte peninsular, incluyendo a Madrid y Toledo y también a Valencia y Cádiz y las Islas Canarias.
Los de Murcia han conseguido convencer a sus vecinos alicantinos de que las niñas se tienen que llamar Josefa. En Aragón siguen a lo suyo. Baleares, también con vida propia, llama a las niñas Catalina y en Barcelona, el nombre más puesto es Montserrat.

 

4. 1950: María Carmen

Las Mari Carmen ya se extienden por toda España: la cornisa cantábrica al completo, las dos Castillas, Extremadura, la comunidad valenciana y gran parte de Andalucía, además de las Canarias, se han rendido a los encantos de este nombre. Como los de Alicante ya se han cambiado de chaqueta, los de Murcia se han ido a por sus otros vecinos de Albacete y allí las niñas de esta década también se llaman Josefa.
Por otro lado, las niñas catalanas masivamente se llaman Montserrat, salvo en Tarragona, que se ha puesto de moda María Teresa. Baleares sigue a su ritmo, con Catalina y Aragón, por supuesto, que sigue fiel a Pilar.

 

5. 1960: María Carmen

Tercera década consecutiva de María Carmen como líder indiscutible de los nombres. En los años 60, las excepciones a este nombre son: Cataluña, donde ya sí que Montserrat triunfa en todas las provincias, Baleares, que siguen erre que erre con Catalina, Murcia, que esta vez ya no ha conseguido “engañar” a ningún vecino con su Josefa, Tenerife, donde se ha puesto de moda María Candelaria y, como no, Aragón y su Pilar.

 

6. 1970: María Carmen

Los 70 suponen la década del fin de la hegemonía de las Maricármenes aunque es, de largo, el nombre más utilizado.
Reina en el Sur, donde hasta han convencido (por fin) a los murcianicos, Andalucía, Comunidad Valenciana, La Mancha, Extremadura y fluye hacia el norte por el oeste de Castilla y León y Galicia. Sin embargo, vemos como hay algún nombre “nuevo” que empieza a aflorar: Mónica para leoneses y asturianos, Raquel en Madrid y alrededores, Marta en el este de Castilla la Vieja: Cantabria, Burgos, La Rioja y Segovia, además de Álava. En Bizkaia el nombre más puesto es Sonia (Sonias vizcaínas nacidas en los 70, where are you?). Y, por primera vez, vemos un nombre de niña en euskera que triunfa: Ainhoa en Gipuzkoa.
Aragón sigue a lo suyo.

 

7. 1980: Laura

Y hasta aquí el reinado de las Maricármenes. En esta década, el nombre más puesto es Laura: Madrid y Barcelona se rinden a sus encantos. También otras provincias, como vemos en el mapa.
El norte de España es María y el sur sigue siendo de María Carmen. También vemos que Cristina entra con fuerza en los rankings: las islas (todas ellas), Girona y Tarragona, Ciudad Real, Orense… Rocío se abre un pasillito del Mediterráneo malagueño al Atlántico onubense pasando por Sevilla. Ele.
Los aragoneses terminaron de Pilar hasta el moño y han pasado masivamente de ella.

 

8. 1990: María

Un nombre “antiguo” que reaparece, como el Guadiana, con muchísima fuerza: María. Es el más puesto en todo el centro del país. Las excepciones son gallegos, catalanes, vascos y asturianos, que llaman a sus niñas como les da la gana.
Laura, Andrea y Alba: en Galicia no hay consenso. Laura en Asturias, que llega con una década de retraso. Bizkaia y Gipuzkoa llaman a las niñas Ane. Álava va por libre. Y las provincias costeras catalanas junto a Baleares también sucumben al Laura. Almería es la oveja negra de la familia con María Mar… Y Tenerife con Yurena, que no se me pase…

 

9. 2000: María

En estos mapas se aprecia cómo los nombres de niña se imponen de norte a sur… Mientras que en la parte meridional de la Península siguen con María, en el Norte las niñas se llaman Lucía. Bizkaia y Gipuzkoa siguen con Ane y en Álava han decidido que las niñas sean Uxue. Cataluña se decanta por Paula y Julia y en Almería siguen con María Mar.

 

10. 2010: Lucía

Llevamos tan sólo 3 años de década (y sólo 2 de estadística) pero ya vemos que en estos dos años, Sara entra con mucha fuerza por el noroeste, como las borrascas… Veremos en unos años si se cumplen las invasiones norte-sur.
De momento, María se mantiene en el sur, Lucía es el nombre más puesto en el centro y noreste de España. Paula en León-Zamora-Salamanca, Valladolid, Rioja, Valencia y Baleares. Cataluña se entrega a Julia excepto en Barcelona, donde las niñas son Martina.
En Navarra, cuna de los nombres tradicionales y conservadores, impera Irati entre las niñas. Bizkaia y Gipuzkoa siguen con Ane (y van 3 décadas) y en Álava las niñas son Nahia.
Ah, y Almería sigue a su bola…

 

11. Segundones

María, Carmen, Josefa, Francisca, Dolores… eran los nombres de nuestras abuelas y madres. Nosotras somos más bien Cristina, Mónica, Patricia, Laura, aunque también Carmen y María… ojo… Y nuestras hijas son Sara, Paula, Lucía, Marta, Daniela… y el omnipresente María.

12. Algunos comentarios

Claramente María Carmen bate récords. No sólo ha sido el nombre más puesto durante cuatro décadas, que se dice pronto. También María, reina de principios y finales del siglo XX.
Montserrat está en el top 50 de nombres más puestos desde que hay mediciones. Y hasta los años 60 no entran tímidamente las Begoñas al top 50. No obstante, algunos nombres vascos triunfan allende sus fronteras, porque vemos cómo en los últimos 20 años Nerea, Aitana, Ainhoa o Aroa aparecen en la lista (y, claro, no todas son lugareñas).
En los años 80 se incorporan a esta lista nombres de origen anglosajón, como Jessica, Jennifer o Vanessa. Además, Lola entra con bastante fuerza en los últimos años. Lola directamente, nada de Dolores.
A este respecto, precisamente, también comentar que hasta los años 70 había muchos nombres de misterios religiosos: Amparo, Asunción, Milagros, Encarnación, Concepción, Consuelo, el mismo Dolores… que desaparecieron de las listas, afortunadamente… dicho sea de paso, y no dejaron ni rastro… el tímido Lola que comento.

Pero seguramente a vosotros se os ocurren más comentarios, seguro que tenéis alguna anécdota con respecto a nombres, vuestros, de compañeros, de algún familiar… así que os cedo la palabra.

Mapas de elaboración propia utilizando el INE como fuente. br> br>
 

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Stories of when things go wrong. Really wrong. When you leave the normal realm of human error, fumble, mishap, and mistake and enter the territory of really huge breakdowns. Fiascos. Things go so awry that normal social order collapses.

An updated version of a classic episode, now including one of the most popular stories we've ever aired... about a police officer and a squirrel.

La entrada Asshole gif #001 aparece primero en POR NO BUSCAR PORNO |XXX|.

La primera ABCs of Death fue un fabuloso experimento fílmico: sus productores invitaron a 25 directores de cine, les asignaron una letra del abecedario y les pidieron que rodasen un corto de terror inspirándose en cualquier palabra que empezase por su letra. La última letra que completaba las 26 del alfabeto salió a concurso y ganó el brillante Lee Hardcastle, que aquí ya conocemos. En la secuela se repite el proceso con la letra M, y este M is for Melon de Luis Solarat y Uve Zatopek tiene posibilidades. Además nos recuerda un poco a vosotros.

En la foto de la izquierda un Gregorio Baudot joven, director de la Banda de Música de Infantería de Marina, y a la derecha (Mundo Gráfico) el homenaje popular que le rindieron en Colmenar Viejo, poco después de estrenar la ópera "Cantuxa" en el teatro de la Zarzuela en Madrid

Hoy, 4 de noviembre, se cumple el 75 aniversario del fallecimiento del músico y compositor Gregorio Baudot Puente, nacido en Colmenar Viejo, pero ferrolano de adopción. En el año 1928, cuando acudía a Madrid a estrenar la ópera Cantuxa de neto sabor gallego, respondía así a las preguntas de un periodista "Soy de Colmenar Viejo, pero llevo 18 años en Galicia recogiendo folclore. He recorrido aquello palmo a palmo".  Es preciso recordar al efecto que Baudot Puente vino a Ferrol para dirigir la Banda de Música de Infantería de Marina y aquí se quedó, aunque hacía incursiones a la Villa y Corte para mostrar su arte y talento. De hecho, en nuestra ciudad se le ha dado el nombre a una calle y la Sociedad Artística Ferrolana creó un premio que también lleva el nombre de compositor del pasodoble Lugo-Ferrol. Gregorio Baudot nació el 14 de marzo de 1884 y realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Madrileño alcanzando las máximas calificaciones, con premios en solfeo, armonía, flauta y composición. Tras titularse en 1906 inicia una carrera como flautista con el Quinteto de Instrumentos de Viento de Pérez Casas, con el que realiza una gira americana. Al casarse en 1909 se presenta a las oposiciones para la plaza de director de la Banda de Música del Segundo Regimiento de Infantería de Marina en Ferrol de la que toma posesión en 1910, a donde llegó para quedarse, aunque según cuenta Juan José Rodríguez de los Ríos en una documentada biografía que hizo del músico (Gregorio Baudot, el músico, el hombre, 1911), Baudot llegó en algún momento a acusar cierto desánimo al no poder marchar a Madrid, aunque lo intentó, en el convencimiento que la gran metrópoli sería la mejor caja de resonancia para su talento creativo. En su producción tiene dos óperas, seis zarzuelas, tres escenas dramáticas, cuatro poemas sinfónicos, cuatro composiciones para solista y orquesta, quince obras para banda civil y diez para banda militar, una gran misa y siete piezas religiosas, entre otras que evito citar para no cansar. Del éxito de la ópera Cantuxa, con letra del coruñés Adolfo Torrado, daban cuenta, con críticas generosas en calificativos, los periódicos de Madrid de la época. Por su parte la colonia gallega -el estreno tenía lugar en los primeros días de junio de 1928 en el teatro de la Zarzuela- organizaba una comida en homenaje a ambos protagonistas. Termino con una aportación parcial del escritor Gonzalo Torrente Ballester, leída por el hijo del músico en el centenario del nacimiento de su padre, el 12-03-1984, en Colmenar Viejo y publicada en el número 24 de la revista FerrolAnalisis, que edita el Club de Prensa de Ferrol. "Lo evoco principalmente al frente de su Banda de Infantería de Marina, con la batuta como arma suficiente, dueño y señor del viento, de la madera y del metal, dominador de los ruidos de los bombos y los platillos...también lo recuerdo centrando el corro de sus maestros en los conciertos de Capitanía los jueves por la tarde...en los entierros solemnes de marinos ilustres...fue el maestro musical de todo un pueblo (se refería a Ferrol) y de muchas de sus generaciones". Gregorio Baudot Puente, todo un artista que vino a Ferrol para quedarse en Ferrol y con Ferrol.

You probably recognize the women pictured even in their "Disneyfied" versions. But would your children know them?

Artist David Trumble responded the same way many of us did when we saw the "Disneyfication" of Princess Merida from the movie Brave earlier this year. To show how ridiculous it is to shoehorn all kinds of women into the Disney look, he did the same with prominent females from real-life. As he tells in an article at Women You Should Know, some people got the joke, while others wanted to buy the dolls.

“Fiction is the lens through which young children first perceive role models, so we have a responsibility to provide them with a diverse and eclectic selection of female archetypes. Now, I’m not even saying that girls shouldn’t have princesses in their lives, the archetype in and of itself is not innately wrong, but there should be more options to choose from. So that was my intent, to demonstrate how ridiculous it is to paint an entire gender of heroes with one superficial brush.

“But that’s just me.” – David Trumble

On the one hand, I can understand the point he is making, and that women should not have to be princesses to make them palatable or attractive to kids. After all, heroes come in all shapes, sizes, colors, sexes, and ages. But on the other hand, if art like this could get a little girl interested in learning more about the real women behind the pictures, they might serve a purpose greater than parody. What do you think? See all ten "princesses," with their real-life counterparts, at Women You Should Know. -via Flavorwire

Males del sistema circulatorio y tumores, principales causas de muerte

Paperman is an Oscar-nominated animated short film by Disney. It's a touching, magically romantic story of a chance encounter between a man and a woman on a busy street.

Nico Colaleo, a cartoonist and filmmaker, attended a Halloween party hosted by Titmouse, a t-shirt company in New York City. He snapped photos of great costumes from that party, including this one of George, the lead male character in Paperman.

Finally! A new episode of the VICE Slutever show, yay! It’s been over a year since the last one, so it’s about time, really. This particular episode is a Slutever special, presented by Jackass and Bad Grandpa (aka the new Johnny Knoxville movie).

In this episode I move to LA to become famous, like my idol Anna Nicole Smith. Things take a random turn when I meet the world’s baddest grandpa, Irving Zisman, at a tantric sex cult meeting. Things get dirty… to see how, click HERE.

Many thanks to the wonderful crew of ladiez who I worked alongside to make this: director/producer Adri Murguia; editor Martina de Alba; editor Lessa Millet; graphics master Angie Sullivan

The headline confused me -I had no idea what it meant. It's about backpacks and how to wear them. Those who write and comment on the internet fall heavily between the ages of 18 and 40, and they all carried backpacks to school. For some, wearing only one backpack strap was the cool thing to do, and for others it was two straps. And they all have an opinion. The "investigation" at Slate has almost 300 comments, and the link at Metafilter has over a hundred. The question was sparked by the movie 21 Jump Street, in which the cool cop advised one-strapping to blend in as undercover agents at a high school, but found that the style had changed to two-strapping when they arrived at school.  

When I first watched this scene, I thought: Funny bit, but is it right? I, like everyone cool (or trying to be cool) in my high school, one-strapped all the way. It was a foundational tenet of cool—you might argue about what kind of music was cool, or what clothes, or what hairstyles, but it was a given that one-strapping was the only way to wear a backpack. Is one-strapping really not cool anymore? And if so, how could something once so cool become so not? My search for the answer sent me on a quest in which I’d consult pediatric orthopedic surgeons, re-examine decades of pop culture, and track down the one consummately cool high-schooler from East Amherst, N.Y., who might have the answer.

What follows is an overly in-depth look at a trend, complete with pie charts, a survey of movies, and theories on why backpack-wearing styles change. This is a Very Important Thing.

The article and discussion is an instance of witnessing Generation X and Y coming to the realization that they are not in school anymore, and might never be the trendiest, coolest kids ever again. This is sort of funny to someone who never wore a backpack to school at all (no one at my school did -they were for hikers and campers) and whose kids gave up backpacks in sixth grade.

-via Metafilter

So, did wear your backpack with two straps or just one in high school? Tell us what year you graduated, too, if you don't mind. I'll start: Class of '76. No backpack, even in college.

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1. You will be misunderstood a lot. Whether it’s the inability to communicate your thoughts in a way that is easily received, or that your articulations are just flat-out cryptic in nature; many times people will just not understand what you’re saying. “Never mind” is a phrase that you will use way too often.

2. You’ll likely always be frustrated about something. You don’t get to go through life apathetically. There is always something wrong – something to be fixed; something to change. But chances are, you can’t change it by yourself. So you think about these things a lot. Sometimes you’ll tell others about these things too. But it only leads to (1) so you start keeping many things to yourself.

3. Happiness will be a lot harder. Likely because of (2). It will be an everyday struggle to not want to just give up on humanity and live in a cave by yourself. You don’t seem to fit in the world so easily, and you certainly can’t fake it as much as everyone else.

4. You’ll have anti-social quirks or tendencies. Whether it’s talking to yourself in public or having a leg shake when you’re deeply focused on something; certain habits or traits will likely cause people to think you’re weird. And not in a good/fun/endearing way.

5. Everyone will remember all the times that you get something wrong, and they will never let you forget it! People might even be looking for loopholes and failures in your conversations. When they find them, you shall be berated gleefully. And lo, and behold when they don’t find them, you will be labeled a “know-it-all.”

6. You’ll be hard on yourself when you don’t “get things.” After all, you’re intelligent; understanding things and being imaginative or creative or critical is not “supposed” to be difficult. But no matter how smart you are, there will be things that you don’t get. And they will keep you up and night and cause you to believe that you’re losing your brainpower.

7. Few will get your sense of humor. Or you’ll be so funny that people will inevitably miss the hidden sentiments in your humor. Both will make you weep for humanity.

8. You’ll always feel like you’re supposed to do great things and feel worthless when you don’t. Intelligent people can be successful people but not always; maybe not even often. Sometimes they just don’t have the motivation. Many times, the pressure is just too much to bear and you’d just rather lie in bed all day and think about things – imaginative, cryptic things.

9. Because intelligent people aren’t always successful people, (and even when they are) you might be subordinate to people whose intellect is well, in need of development. And whether it’s in formal institutions or everyday interactions, you will be both humble, as well as saddened that this is your reality till the day that you die.

10. It’s a lose-lose situation in terms of your identity. You can’t call yourself intelligent without being seen as an arrogant prick. But you also can’t also call yourself otherwise, without everyone seeing you as pretentious. And half the time, you’re not even defining yourself by your intelligence, other people are. But the minute you take the time to address it, you’re pompous. You’re silent? You’re summoned to speak. You talk? You’re being smug. Nope, you can’t win. Ever. Which is sad because being smart is supposed to be fun; but really, it just ends up feeling like a lot of boring and painful work.

Upon seeing a Bad Religion album titled Christmas Songs, the instinctive reaction would be to assume the band was releasing an album meant to skewer the holiday and the evil corporations that profit from its commercialization.
Instead, the album is exactly what it appears to be, with the legendary punk band delivering high energy yet faithful renditions of Christmas classics like “Hark! The Herald Angels Sing,” “Little Drummer Boy,” and “God Rest Ye Merry Gentlemen.”
Rather than subverting culture, the band goes one step further, subverting the expectations of listeners by performing the songs without irony. Most surprising, however, is how well these songs work with Bad Religion’s driving and melodic style and Greg Graffin’s distinctive voice, showing…

320 kbps | 45 MB | UL | TB | MC ** FLAC

…that these songs’ ability to endure for so long might have more to do with their solid songwriting than with the machinations of any church or corporate entity.

01. Hark! The Herald Angels Sing 1:59
02. O Come All Ye Faithful 2:04
03. O Come, O Come Emmanuel 2:07
04. White Christmas 1:49
05. Little Drummer Boy 2:04
06. God Rest Ye Merry Gentlemen 1:39
07. What Child Is This? 1:53
08. Angels We Have Heard On High 2:07
09. American Jesus (Andy Wallace Mix) 3:19

 
Austrian photographer Klaus Pichler, known for a book of prison tattoos, Inked for Life, among other works, has created a wonderful series of portraits featuring cosplayers in full costume, hanging around at home.

Who hasn’t had the desire just to be someone else for a while? Dressing up is a way of creating an alter ego and a second skin which one’s behavior can be adjusted to. Regardless of the motivating factors which cause somebody to acquire a costume, the main principle remains the same: the civilian steps behind the mask and turns into somebody else.

For this photo series I visited owners of elaborate costumes in their own homes. As a matter of fact, ‘Just the two of us’ deals with both: the costumes and the people behind them.

Some are charming and poignant.
 

 

 

 
Some are striking feats of design.
 

 

 
And many run the gamut from admirably witty to just flat out hilarious.
 

 

 

 

 
Also, it must be noted: the attention to staging in these is incredible, is it not? Either that, or a lot of costume enthusiasts just happen to have crazy nice houses.

The series, along with a great deal of Pichler’s other fine work, can be viewed at his web site. And you really should have a look at them there, they absolutely benefit from being seen at a larger size than we can show them here.

Via Metafilter

 

You may have recently seen the soft-spoken Jesse Bering on Conan recalling the strangest of sexual fetishes. Be it arousal from falling down the stairs (Climacophilia) or feeling steamy from rolling around in stones and gravel (Lithophilia), nothing surprises the Western New York author and psychologist. That's why Dr. Bering just wrote Perv: The Sexual Deviant in All of Us, which unloads the morality of all things sexually weird.

Being a pervert is more than just what initially springs to mind. Armed with an academic backbone, the former psych professor adds a dash of humor to his research, many of which are learned from written reports. Bering has studied them extensively, and said he developed immunity to shock, in the process. His writing style is not an undergrad snorefest, so his book is getting a lot of much-deserved hype. Sex research is a touchy topic. Jesse believes cracking someone’s desires helps understand them fully. He spoke with us about the depths human erotic imagination, “objectum sexuals,” and how he views homophobes as types of pervs.

VICE: What is a perv in your eyes?
Jesse Bering: If I could rewrite the definition for the word pervert based on my own criteria, it would be a person who intentionally causes sexual harm to another. Note that this definition applies not only to the obvious examples—rapists, child molesters, those who abuse animals, and so on—but also to those whose bigotry causes harm to sexual minorities. A homophobe is a perv in my book, for instance, by dint of his or her invasive, voyeuristic preoccupation with the private sexual lives of an innocuous minority.

What kind of weird things did you find in your research?
Well, when you set out to read everything that’s ever been written about the subject of sexual deviance, you quickly develop a sort of immunity to shock. But some of the more memorable case studies included a morbidly obese Australian teenager who’d developed ulcers on his body after he failing to bathe properly; he came to, essentially, fall in love with these bubbling cankers, masturbating to the image of a beautiful woman who was sucking on his fingers while he inserted [them] into his festering wounds. Disturbing, yes, but also a testament to the power of the human erotic imagination. Then there was the Indian man with an insect paraphilia (“formicophilia”) who could only get off by placing slugs and beetles around his testicles and anus; and the young actor from London who thought his hay fever as a boy led to his sexual attraction to sneezing men.

Are there more male than female pervs or is it about the same?
In terms of people with certifiable paraphilias and fetishes—and by that, I mean in the clinical sense of either requiring or being largely dependent on something outside of the norm for their sexual gratification—it’s an overwhelmingly male phenomenon. Most sexologists believe that there are 99 paraphilic men to every one paraphilic woman.

Don’t misunderstand this to mean that women don’t have their share of “kinks”—they do. But one of the most important discoveries in modern sex research is a sex difference: women are more easily aroused by a broader range of erotic stimuli than are men, who, by contrast, are more likely to have a specific “type” of person or sexual activity that arouses them. This represents a lifelong, immovable pattern of male desires. In extreme cases, this male pattern becomes a paraphilia, where, sadly, the person has very limited options. An “acrotomophile” (amputee fetishist) may only be able to be aroused by, say, women missing a leg below the left knee. Those missing the right leg leave him limp.

Is it unexpected to be aroused by things like knismolagnia (being tickled), psellismorphilia (stuttering), and melissaphilia (arousal from bees)? What is the weirdest fetish you've come across?
According to a recent forensic resource by the psychiatrist Anil Aggrawal, there are 547 documented paraphilias. Some of them—actually, most of them—are quite carnival-like. But it’s important to remember that these more exotic manifestations of sexuality might be represented by just one lone figure in the universe: a single, sad, lascivious soul who can only, just to give two random examples, have an orgasm while fondling a mouse (“musophilia”) or while rolling around in ferns (“pteridomania”). It’s virtually impossible for me to pick the weirdest, since so many of them would fit the bill for truly bizarre. I’m reminded of one of my favorite quotes in this literature, from a sex research pioneer named Wilhelm Stekel—who, incidentally, coined the word “paraphilia” in the 1920s. “Variatio delectat! How innumerable are the variations which Eros creates in order to make the monotonous simplicity of the natural sex organ interesting to the sexologist.”

Is there such a thing as abnormal sexuality?
There is, yes, from the perspective of statistical frequency. But one of the core arguments in Perv is that it’s an error to infer morality from normality. Normal is only a number; and it’s one devoid of any intrinsic moral value. That’s the province of harm alone.

What about fetishes like xylophilia (wood), actirasty (the sun's rays), agalmatophilia (an attraction to statues) or stygiophilipa (the thought of hellfire and damnation)? How can inhuman objects or impossible fantasies create sexual desire?
Someone with an object fetish is aroused not by the object itself, but by the fact that it has made physical contact with the body of a desirable person. For instance, a brand new pair of Nikes from his local Foot Locker isn’t going to be particularly appealing to the average shoe fetishist; rather, he wants a pair that has been worn by a particular individual whom he craves. Whether it’s shoes, panties, hearing aids, rubber swim caps, you name it, the fetish object, in this sense, is transformed in the fetishist’s mind into a sort of sexual surrogate for the person he lusts after. The object has absorbed the “essence” of this attractive other.

But such object fetishists are very different from the more rarefied “objectophiles” (also known Objectum Sexuals), who actually are attracted to particular objects in and of themselves, regardless of their contact with another person’s body. There are the well-known, sensational cases, such as that of Erika Eiffel, a professional archer who married the Eiffel Tower and was convinced that the French landmark was a female who had similar feelings for her. More commonly, objectophiles fall in love with everyday things, such as chairs, flags, and dinnerware, believing that they are in complex romances with these inanimate objects. Since many objectophiles are on the autistic spectrum, a condition characterized by difficulties in the social domain, this may underlie the phenomenon somehow, and there’s also a related psychological trait known as “object personification synesthesia,” in which “person” and “object” blend to create the perception of objects endowed with mental states, including sexual desires.

You say as long as you're not hurting anyone, and there's no distress, let your freak flag fly. If you let your inner perv run wild, what is your fetish?
I’ve certainly had my share of fleeting deviant desires. In Perv, I relay how my first masturbation experience involved an overly muscled Neanderthal specimen depicted in one of my father’s old 1960s-era college textbooks—great body, horrible face. This was before the internet, alas, so closeted gay boys like me had to work with the material we had. I do have a bit of an exhibitionist streak in me. Otherwise, I suppose I wouldn’t be writing books like these. But overall, I’m lamentably dull in bed—I mean, aside from making my diaper-clad partner bleat like a goat while I twist my nipple clamps and recite the Lord’s prayer, but that just seems so vanilla that it’s hardly worth mentioning, really.

@nadjasayej

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The success of Anthony Jeselnik’s Comedy Central show, The Jeselnik Offensive, has vaulted the comedian into the Hollywood limelight. But for the past decade, the Pittsburgh native has been challenging norms and pushing boundaries with a litany of clever one-liners that often include a signature sociopathic twist.

The character Jeselnik has cultivated on stage has most certainly ruffled some feathers, but there’s no denying former Fallon writer’s talent and commitment to exploring taboo subjects. Jeselnik has been quoted as saying “I try to say the worst thing you could and get away with it…once people get that I’m saying awful things for a reason, it takes away that barrier. It gets them to laugh about domestic violence or breast cancer.”

If there’s any man that can turn anything into a joke, might be Jeselnik. Let’s take a look at some of his finest:

This week, a 37 second video called “The Power of Adobe Photoshop” has been making the rounds all over social media and various websites, including this one. It depicts the dramatic transformation of a woman’s appearance using hair, makeup and a whole lotta Photoshop.

Here are some of the headlines accompanying it on the blogs:

“The Power of Photoshop’ Illustrates Our Unrealistic Expectations of Beauty” – RYOT
“Model Photoshop Gifs And Video Shocking! Watch Disturbing Airbrush Transformation Of Average Woman Before And After” - idesigntimes.com
“Watch as Woman Goes From Average to Fabulous in 37 Seconds” - ABC
“37 Seconds to “Perfect”: Why Women Have Body Issues” – Babble
“”The Power Of Photoshop’ Shows How Frighteningly Warped Society’s Beauty Expectations Truly Are” – Thought Catalog

Let me make something very clear. This woman:

…is NOT “average”. She’s beautiful. So is this “woman”:

Sure, she’s man-made but guess what? There are actual women in the world that look like this. Like, a bunch of them. I live in Los Angeles so I should know.

The reaction to this video and outrage over the use of Photoshop in general says more about the standard of beauty in Western society than the video itself. Just referring to the woman in her natural state at the beginning of the clip as “average”, speaks volumes.

Telling ourselves that the digitally manufactured “woman” is impossibly perfect and that real women literally could not look like that is a disingenuous attempt at soothing the deep collective insecurity about our own beauty, or perceived lack thereof. We reassure ourselves that this woman doesn’t exist, so there’s no need to feel inadequate or not good enough by comparison. But, she does. She’s sitting across the bar from you or trying on clothing in the fitting room adjacent to yours. She’s your ex’s new flame or your new boss. She’s standing behind you in line at Starbucks or introducing herself and telling you that she likes your writing. She’s in the minority, but she’s around and you can’t escape her.

Photoshop could be banned from all media and girls that walk around, naturally looking like the fake woman in this video, will still exist. In demonizing the cosmetic and digital magic found in this video, you’re barking up the wrong tree. The fact is, many people might perceive certain women as more beautiful than you and becoming OK with that is the real issue here. Realizing that it isn’t a contest and that the people who matter will think you’re the most beautiful thing they’ve ever seen, should be what we’re focusing on here, right?

If you figure out how to do that, let me know. 

Los terapeutas de palo, los cuales sigo religiosamente en sus cuentas de twitter, ask, tumblr e instagram para que me digan cómo llevar mi vida, creen que ya estoy preparado para dar un paso adelante en mi terapia para afrontar mis traumas infantiles. Traumas causados por dibujos animados. Bien es sabido que en algún que otro momento a los animadores/guionistas se les va la mano y acaban insertando escenas, personajes o temáticas que resultan involuntariamente dañinas para una mente infantil aún no preparada.

Aquí en virucom, Halloween es la fecha señalada para hablar de monstruos, terrores nocturnos o, por parte de un servidor, afrontar los recuerdos de las producciones animadas que tan malita me han dejado la cabeza. Este año me toca un producto televisivo: Los Mumin. Porque los traumas con los dibujos no se reducen al cine y a la madre de Bambi (más que su muerte, lo que a mí me afectó fue el incendio al final, que por cómo acaba la película parece que no fue “ná”, pero fijo que la fauna afectada no opinaría lo mismo…).

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Los Mumin

A primera vista, las criaturas creadas por Tove Jansson, y su mundo, parecen de lo más inofensivo. Dora la Exploradora podría pasarse por el Valle Mumin y vegetar sin correr peligro. Supuestamente. Los personajes que pueblan el valle, la familia Mumin, la pequeña My, Sniff, etc, son unos seres agradables a la vista, apacibles, de actitud mucho más sosegada que, por ejemplo, los esquizofrénicos de Lazy Town. SUPUESTAMENTE… Hay que tener mucho cuidado con Los Mumin y las suposiciones, pues te pueden pillar muy desprevenido. Hasta Sherlock Holmes por tanto suponer acabó cayéndose por un precipicio.

Sólo en una serie como los Mumin pasan de estar recogiendo conchas en la arena, a caer en la trampa mortal arenosa de un bicho a lo Dune. O que jugueteando con un sombrero mágico con poderes ñoños (como nubes rosas que flotan), acabes transformado en Gollum y repudiado por tus familiares y amigos. O que se acerca el invierno y que… ooooooh jo jo jo, esa es otra: En Los Mumin sí que llega el invierno. Llega de verdad, con sus monstruos y todo, y mucho mejor que en Juego de Tronos. Si me estoy colando, os doy permiso para que me lo reprochéis… pero eso sólo cuando podamos comparar con el invierno de Canción de Hielo y Fuego, cuando llegue en el próximo libro (¡o en el siguiente!), digamos en… ¿2024? Jijijiji. Mientras esperamos a que el gordo purgue sus tripas creativas de una vez, hagamos tiempo enfrentándonos a los momentos más chungos de Los Mumin, o al menos, los míos.

El cabrón de Stinky

En las series de dibujos de corte infantil suele haber personajes antagonistas, pero para educar a los pequeños espectadores con un mensaje sano “el malo” suele ser el típico gamberro que al final siempre acaba recibiendo su merecido, nunca gana (Ay, Pierre Nodoyuna… ¡algún día se hará justicia y darás una!) y cuyos planes malvados no pasan de meras travesuras. Al principio Stinky cumple con los requisitos del estereotipo de ladronzuelo de buen corazón, pero de eso nada.  Nadie con buen corazón llegaría a los extremos a los que llega esta especie de Critter  bastardo.

Sus mayores crímenes que se me quedaron grabados en la memoria fueron los actos crueles que perpetró contra niños inocentes. En un episodio, una niña acude a la familia Mumin para recuperar su cuerpo, pues por culpa del shock que le produjo vivir con un familiar muy estricto, acabó anulada como persona y de tan tímida que se volvió invisible  (¡de traumas va la cosa!). Con la ayuda de los amables Mumin y los demás amigos, poco a poco va recuperando la alegría de vivir y la visibilidad. Pero ante un caso tan trágico, a Stinky no se le ocurre otra cosa que pensar en aprovechar la conición de la niña para robar bancos. No le interesa que la niña se recupere, así que la engaña cuando estaba jugando en el bosque y la encierra en una cueva tapando la entrada en unas rocas. Stinky, no contento con ejercer de ladrón, realiza prácticas de etarra.

La maldad de Stinky no se limita a dejarse llevar por sus impulsos de avaricia. A lo largo de la serie, Stinky no necesitará más motivación que la de tocar los cojones. Lo más grave fue cuando intentó instigar a unos niños (los hijos de aquella estirada que se mudó al valle en un episodio) a que jugasen a lanzarse con una liana como Shia LaBouf Tarzán sobre un despeñadero donde fácilmente podrían haberse abierto la cabeza. Queda demostrado que Stinky se identifica más con la figura mitológica del desconocido que vende caramelos con droga a la puerta de un colegio. El mamón de Stinky sería capaz hasta de darlos gratis. For The Lulz.

Snufkin, mal amigo, peor persona

Snufkin es el poochie oficial del Valle Mumin. Un presumido, un anarquista, delincuente, sin-techo, hippie, sabiondo, comunista, insufrible Gary Stu, gamberro, pordiosero, un fumeta (¡en los libros originales!), refugiado, listillo, vago, tuno, repelente,  y lo peor de todo, un Manrico. Al menos así se llamaba durante unos cuantos episodios del doblaje castellano, cuando estaba Pepe Carabias. Pese al odio que profeso a Snufkin, lo cierto es que no es más que profunda admiración que acabó convertida en decepción y posteriormente en rencor. No hace falta entenderme a mí, el propio protagonista, el chico Mumin, retrata mi caso. Durante toda la serie, Mumin siempre está perdiendo el culo por poder estar junto a su mejor amigo. Es natural, con toda esa pose superforzada de nómada misterioso supermolón, y lo bien tratado que está por el guión de la serie: Siempre calmado, más de una vez los problemas o peligros los resuelve Snufkin, ya ni con astucia, ¡sólo tocando la puta armónica! ¡Qué disparate, encima ni se sabe más de dos canciones! Snufkin mola más de lo que se merece.

Aunque la serie vaya avisando de la separación de los amigos no deja de ser un momento muy duro y triste. Encima es que la justificación que da Snufkin es de risa. Cuando en Campeones: Oliver y Benji, Tom se tuvo que separar de Oliver por culpa del trabajo de contratista del zarrapastroso de su padre, pues estaba justificado, mientras que los motivos de Snufkin son puramente egoístas. “Es que a veces me gusta estar solo, conmigo mismo y taaaal”, anda y que te la pique un pollo, niñata, que no pegas palo al agua, con la armónica parriba y pabajo. Qué eres, ¿un estudiante de bellas artes atormentado? ¿Un poetiso que necesita aislarse para escribir ripios sobre tu gris existencia y que luego te lo publique la editorial de tus papis? No engañas a nadie, farsante. Lo que no quieres es enfriarte el culo en invierno. No eres un colega.

Aunque Snufkin siempre acabe volviendo a los pocos episodios, el daño ya está hecho y marca un precedente para otra potencial e inevitable separación: La de cuando tu amigo, por muy amigo del alma que sea, se echa novia y pase de ti completamente. Ya seas un mumintroll o humano, cuídate de la gentuza como Snufkin.

Los Bichos Esos con Forma de Condón

La familia Mumin es muy de embarcarse en aventuras, viajando lejos de casa sin rumbo ni mapas, cualquier cosa con tal de escapar del aburrimiento (ya veis, se aburren a pesar de las mi cosas aleatorias que ocurren en el valle). En una de estas acaban llegando a una isla misteriosa. Creo que ya ha pasado bastante tiempo como para dejar atrás los chistes sobre Perdidos, ¿estamos? Estamos.

Allí encontrarán el poste… no, ¡el altar pagano! que aparece en la foto de encima de este párrafo. El Señor Hemulen (el que coleccionaba plantas, que tenía cara de mumin pero no era un mumin… ¿?) comete el grave error de encapricharse con el barómetro que hay colgado en el poste. En realidad ese poste es un pararrayos el cual sirve de punto de encuentro de los Hattifatteners, unas criaturas con forma sospechosa y numerosos como una plaga bíblica. Cuando se percatan de la desaparición de su adorado barómetro, marcharán contra los pobres Mumin en modo zombie de Guerra Mundial Z.

El episodio de los Hattifatteners(o “sombreritos locos” en el doblaje español) es el primero de otros tantos en los que Los Mumin como serie se desmarcan del resto de producciones infantiles clásicas venidas de Japón. Por muy tristonas que se pusieran Heidi o Marco, el diseño ñoño e inofensivo de los Mumin hace que los cambios radicales de tono hacia la acción, el misterio o el terror queden más marcados. Te lo esperas menos. Ver a la familia Mumin asediados por estas criaturas que dan calambre se aleja bastante de la inocencia de La Abeja Maya.

La Bú

Si hay un personaje reconocible en la franquicia Mumin más allá de los trolls blanquitos barrigudos, esa es la Bú o “Gröke”. A este monstruo con forma de fantasma del Pac Man con sobrepeso hay que atribuirle casi todo el miedo que han sentido distintas generaciones por culpa de los Mumin, desde los cuentos ilustrados originales hasta las series anime o las adaptaciones mediante stop motion (lo cierto es que el stop motion siempre da mal rollo, sea cual sea). Una pesadilla intergeneracional.

La Bú, un monstruo enorme difícil de identificar, de color apagado, con una cara de ojos muertos y boca dentuda. Es la reina Midas de los congelados, pues todo lo que toca alcanza temperaturas heladas. Por si no fuera suficiente el terror que transmite con su rictus inexpresivo, suele aparecer de noche y rodeada de niebla. Es que se acaba juntando todo: A casi todos los niños les cantan eso de que viene el coco, suelen tener miedo a la oscuridad, asocian los monstruos con los rincones oscuros o la noche, y llegan los japoneses sacando episodios a lo Noche de los Muertos Vivientes, con los Mumin atrincherados en casa esperando mientras la figura misteriosa se va acercando poco a poco.

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Hay un rumor que circula por internet: En un principio la imagen, el brillo del episodio tenía una claridad normal pero los animadores pensaron que los niños podrían asustarse con la imagen de la Groke (ya tenía la fama, de adaptaciones de los Mumin anteriores, que hay unas cuantas). Decidieron oscurecer los fotogramas para que la Bú se viera “peor” y no causara miedo. Esta idea llevada a la práctica provoca el efecto contrario y la imagen oscurecida acaba proporcionando un aspecto aún más terrorífico. Y ahí no acaba todo, pues en cada país a la hora de localizar/doblar la serie les dio por añadir exagerados sonidos guturales (lo que le faltaba) a las apariciones de La Bú o amenazas  como su “¡VOLVERÉ!” en la versión inglesa, elementos que en el original no eran TAN jodidos:

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La guinda del pastel la pone la puñetera banda sonora. Los Mumin también es una serie recordada por su magnífica música, con unas melodías que casaban perfectamente con lo que transmitían las escenas, ya fueran sobre la candidez de los Mumin, las travesuras de May o sensaciones de grandes aventuras.  La putada es que en los momentos de miedo también se curraron temazos desde el punto de vista del fan del cine de miedo, pero que poniéndose en lugar de unos críos de cinco o seis años, es como ponerse a ver a esas edades Poltergeist. No es una buena idea:

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La Dama del Frío

Hay otro ente invernal a tener en cuenta en la mitología de los Mumin. Pese a no hincar tan profundamente en la memoria colectiva traumatizada como ocurre con la Bú, de vez en cuando sí que encuentras a un fan que sí se acuerda de la espectral Dama del Frío. Los tintes terroríficos de su episodio se aprecian mejor en la adultez. Comparado con el estilo de las apariciones de la Bú (que rozan el género Slasher, con algún susto repentino que se lleva el pobre Sniff), el trato a la Dama del Frío es menos convencional y el terror se manifiesta través de pequeños detalles, casi imperceptibles si no estás atento. Para mayor inmersión, acompañad la lectura de los siguientes párrafos con la escalofriante (qué apropiado) canción que le pusieron a la Dama del Frío:

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Cuando llega el invierno, la familia Mumin tiene por costumbre echarse una siesta de la hostia que dura toda la estación, lo que ellos llaman hibernar. Mumin sigue rumiando el disgusto que le causa la partida de Snufkin (¡al paredón con él!) y durante uno de estos inviernos no consigue conciliar el sueño y se despierta. Se encuentra con la pequeña May, con su personalidad de culomalasiento la jodía nunca para y se dedica a dar vueltas de aquí para allá por los parajes nevados (¡como en Skyrim!). Tras un breve encuentro fortuito con la fantasma Bú, que durante la serie aparecerá de vez en cuando para asegurarse de sigue acojonando, Mumin y May descubren a Too-Ticky, la cual se encarga de preparar un ritual relacionado con la Dama del Frío.

La primavera no llegará, ni el sol volverá a asomar por el horizonte a no ser que atiendan los caprichos de la Dama del Hielo, un espírito helado que si te mira directamente a los ojos acabas petrificado por el hielo. Too-Ticky construye un caballo con nieve y escarcha que apacigüe su ira invernal. La pequeña May en su línea: Se toma estas circunstancias como un desafío y pondrá en juego su salud con tal de conseguir ver con claridad el rostro de tan enigmática criatura. Una idea malísima: Con esos ojos inyectados en sangre, yo no me acercaba al bicho ese ni con un cinco burkas encima.

La pequeña May consigue salirse con la suya gracias a la ventaja que le da ese cuerpecito de Eva Hache que se gasta: Enana y flacucha. Su alegría le dura poco. Cualquiera que se pique con los espíritus deberá enfrentarse a su ira. La Dama del Frío, tras reclamar la ofrenda del caballo de hielo, regresa para enselarle esa lección a May. Cara a cara.

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Hay demasiadas sinopsis y análisis bien intencionados hablando de las historias de los Mumin, que si la serie aboga por la amistad, el diálogo para solucionar conflictos y el amor por la naturaleza, como si hubieran sacado el discurso del anuncio de la Teletienda que te venía 20 series para niños (Heidi, Marco, Banner y Flappy, y todas esas de Érase Una Vez… en combo). Todo eso está equivocado. Las partes calmadas, las que no me taladraron el celebro de niño,  se alejan del estereotipo de serie Teletubbie. Abundan los gags cómicos, las anécdotas surrealistas y la magia aleatoria es la que acaba salvando el día y no esas chorradas del diálogo y la paz. Prima más el entretenimiento y la imaginación que aquello de la bondad y otros avinagrados “valores tradicionales”.

Es más, aunque parezca que en el artículo exagero, este documental sobre la autora Tove Jansson arroja luz sobre la cara oculta de los personajes de la serie, que hasta el más simpático puede estar basado en alguna etapa triste de la vida de Jansson. En el mismo canal podréis acceder a un puñado de capítulos de la serie. Está todo en inglés, pero si el universitario español medio está cualificado para limpiar váteres en v.o. dudo que os cueste entenderlo.

¡Se acabó! ¡Ya me he desahogado! ¡Qué alivio! A lo mejor esta noche puedo tener una pesadilla como los de la gente normal, de esas donde se te caen los dientes, caes desde muy alto o de alguna idea pajera freudiana. A ver si para el año que viene localizo aquel especial de Charlie Brown en el que se dedicaba a visitar camposantos de guerras mundiales y me quito de encima el peso traumático correspondiente. Como si Charlie Brown no fuera lo bastante deprimente sin salir de su casa. Feliz Halloween, por cierto.

The best part about Halloween on a Thursday is that the weekend before Halloween is Halloween and the weekend after Halloween is Halloween.

Os fotógrafos Mino Andrade e Amparo Portabales realizaron unha magnífica cobertura gráfica da presentación de “Vento e Chuvia”. No vídeo superior ou nas galerías de Google + e Facebook que tedes xusto aquí embaixo podedes explorar e ver en detalle e con calidade a sucesión deste marabilloso evento.

Tamén podes ver o álbum en Facebook.

Mercedes Blanco tivo a deferencia de gravar o meu discurso, así que tamén o indico aquí para quen queira velo:

Webcam Toy is a set of 80 video filters for taking silly pictures with your laptop's webcam. It lets you save the pictures or upload them to Facebook, Twitter, or Tumblr. (Doesn't work on tablets, sorry)