Trump, Nicolas Cage, Inteligencia Artificial...exploramos la historia reciente de la mano de Adam Curtis. ¿ Te atreves a entrar en la era de la hyper-normalización?
Adam Curtis lo ha vuelto hacer. Tras sus emblemáticos The Century of the Self (2002), The Trap (2007), y el poético (y aterrador) All the machines of loving grace (2011), el periodista de la BBC retrata en HyperNormalisation los últimos cuarenta años de la humanidad. Donald Trump, Nicolas Cage, Patti Smith, Gadafi… Terroristas, especulación inmobiliaria, inteligencia artificial, el 15M…Si el hilo conductor de estos nombres y términos te parece confuso, imposible y (reconozcámoslo) algo paranoico, no te preocupes. En CANINO te ofrecemos una guía para no perderse en este nuevo opus, Hyper-normalización. Dime, ¿te atreves a entrar?
Adam Curtis se despereza en un sillón en el estudio de la BBC, donde contempla el caos histórico que tiene ante sí. Tras miles de horas de imágenes de archivo (marca de la casa) grabadas al son de una voz apocalíptica y alienantes letreros, el director de documentales tan pertinentes como Bitter Lake (2014) está a punto de mostrarnos los puntos invisibles que componen la realidad.
Amigo de Charlie Brooker (que enseguida estrena la nueva temporada de Black Mirror) y del grupo Massive Attack (con los que colaboró realizando una serie de conciertos que combinaban música e imágenes), los documentales de Adam Curtis son fatídicos trenes de la bruja de tres horas de duración, laberínticos cuentos para no dormir que siguen a varios personajes (algunos famosos, otros ignorados por la historia) entrecruzándose entre sí, lecturas de nuestro pasado reciente con las que Curtis teje una (aterradora) conclusión. Agrupados en temas concretos (el capitalismo como mal endémico, la descontextualización de la propia imagen, el consumismo como lacra) Adam Curtis se prepara para cargar tintas con su último proyecto. Los viajes en el tiempo suelen generar algo de confusión y dolor de cabeza, pero tranquilidad: estamos en…
El principio del fin
... 1975, en una calle desierta de la Gran Manzana, donde una chica llamada Patti sale de casa tras haberse pasado la tarde escuchando el álbum Blonde to Blonde (Bob Dylan, 1966). Mientras camina por las calles desiertas piensa en el nihilista encanto de las fachadas de ladrillo en descomposición, los graffitis de las bandas que dominan la noche, los artistas del Village que componen poesía sin rima y, sobre todo, en la izquierda radical, que no protesta por el aumento del control de las entidades bancarias. Una nueva era económica acaba de ser impuesta por los bancos de la ciudad, “austeridad” la han bautizado los banqueros. Por primera vez en la historia las entidades financieras se han antepuesto a los políticos…. pero nadie critica nada porque todos confían que el sistema financiero es el único en el que pueden confiar. De repente Patti Smith encuentra un niño en la escalera, al lado de un cuerpo inmóvil, y mientras se pregunta por qué está llorando…
… un helicóptero cruza el cielo en ese instante y un joven Donald Trump se asoma desde la ventanilla, contemplando el skyline neoyorkino. El magnate acaba de comprar varios edificios importantes de la zona. El negocio de inmuebles está a punto de cambiar, olvídate de la vivienda para la clase trabajadora, hay que construir viviendas para los más ricos, hoteles de lujo, palacios emblemáticos, irreales. El mundo está demasiado gastado...
…sólo tienes que fijarse en Rusia, piensa en la capital donde dos hermanos casi se matan a golpes en los repartos de comida mientras otros gritan las alabanzas del gran líder ruso. Los hermanos, Arkadi y Boris Strugatsky, consiguen volver a casa con rollos de papel higiénico. Escriben relatos de ciencia-ficción bajo la pálida luz de una lámpara de aceite oxidada, rodeados de carteles que les recuerdan el éxito de la Unión Soviética. Los dos hermanos esbozan en esta década la idea de La Zona en su novela corta Picnic Junto al Camino (1972), historia que a finales de los ochenta será llevada al cine por Andrei Tarkovski en Stalker (1979). La Zona es ese lugar donde lo real es un lugar en constante mutación, una dimensión que (en secreto) está creciendo y devorando al mundo. Esa misma mutación de la palabra y los significados a través del tiempo interesa mucho a Adam Curtis, del mismo modo que le preocupa a..
… Ruhollah Jomeini, líder extremista de Irán que empieza a pensar en una nueva interpretación del Corán. Es 1980. El libro sagrado prohíbe expresamente el suicidio, pero en ciertas ceremonias del mundo árabe, hombres fuertes fingen azotarse con varas. Si un cuerpo puede castigarse hasta la explosión. ¿no es acaso una manera viable de alcanzar el Paraíso, de alentar a los jóvenes sin esperanza? Mientras Jomeini piensa en ese discurso…
… llega 1983. Una explosión de luz blanca destruye la embajada americana en Beirut, matando a más de sesenta personas. Pero no ha sido un misil, sino un hombre que ha activado unos explosivos que tenía en el cinturón.
Queda inaugurada la era del hombre-bomba.
Al año siguiente, Estados Unidos abandona el país, aterrorizado por ese nuevo horror. Esta manera de atacar seduce a líderes como Assad en Damasco, que ven con muy buenos como la manera de expulsar a los americanos de los países árabes. Los hombres-bomba, que empezarán a ser conocidos años más tarde como terroristas suicidas. Las cosas se complicarán…
El sistema que nunca falla
… pero aún no en Estados Unidos, Bridget Fonda sonríe a la cara mientras graba sesiones de pilates directos a vídeo. El culto al cuerpo se intensifica con el aumento de gimnasios en todo el país. Los bancos crecen mientras todos bailan. Es el tiempo de Gordon Gekko y Maverick. Todos son felices excepto…
… Donald Trump, que en 1985 recibe una llamada en su despacho. Un misterioso japonés está ganando cinco días seguidos en uno de sus casinos de Atlantic City, lugar donde lo irreal se ha apoderado de la realidad. Donald pide consejo a Marcum, hombre de confianza de Donald obsesionado con la perfección de los sistemas económicos y las pruebas nucleares. Michael le asegura que Donald recuperará su dinero, que de acuerdo con el sistema el japonés acabará perdiendo. El sistema no miente. Y así sucede, pero esa misma noche unos yakuza entran en casa del misterioso japonés y lo cortan en pedazos. La deuda queda sin saldar. La realidad es algo demasiado complejo y extraño para poder acotarla en términos matemáticos. Donald Trump se pregunta cómo recuperar todo el dinero que ha perdido….
… y un par de años después a muchos kilómetros de Atlanta, el antiguo miembro de Grateful Dead, John Barlow, lidera las llamadas comunidades conectadas por la Red. Inspirado por el auge del LSD veinte años atrás, John escribe un manifiesto (que puedes leer aquí) a favor del ciberespacio, ése lugar donde no hay límites, donde el ser humano será capaz de encontrar la libertad. El hacker Phibrr Optik mantiene una acalorada discusión con Barlow sobre la inocencia de sus ideas. Los bancos se han apoderado del ciberespacio, le cuenta. Las marcas de publicidad te dirán lo que tienes que ver, esconderán lo que no quieran que veas. La realidad está entrando poco a poco en lo virtual...
… y los noventa se acercan a su fin. Películas de catástrofes anuncian el fin del mundo. Grandes avenidas repletas de coches en movimiento que de repente se detienen para contemplar la destrucción. Independence Day (1996), Deep Impact (1998), Armageddon (1998). Caras contemplando fuerzas que destruirán todos los símbolos americanos. Gente a pie de calle que mira impotente cómo el mundo llega a su fin.
Durante este tiempo, uno de los principales ordenadores del mundo trata de predecir el futuro mediante acumulación de datos. Estamos a finales de los noventa y te presento a Aladdin, una de las principales redes de ordenadores de los noventa y base de operaciones para invertir en la bolsa de valores. Sus gigantescos servidores se encuentran en Wenatchee, un pequeño pueblo en mitad de ninguna parte que resulta ser el mayor consumidor de Prozac de todo el país. Es entonces cuando Adam Curtis se fija en las imágenes de gente bailando y te pregunta, por primera vez.
Dime, ¿seguro que aún no quieres bailar?
El mundo post-11 septiembre
Nueva York. Once de septiembre. Los ataques inspirados hace veinte años por el líder extremista Jomeini (tranquilo, puedes parar y leer hacia arriba si te has perdido. Adam Curtis cuenta con ello) han mutado, como la propia realidad. La histeria por no haber prevenido los atentados a las Torres Gemelas le lleva a tomarse Oriente Próximo de una manera diferente. El sistema Optic Cam de Estados Unidos espía sin autorización miles y miles de conversaciones por webcam. Sin embargo, en vez de encontrar algo que les conduzca a los terroristas se encuentran con grandes cantidades de pornografía. Internet es algo sólo apto para voyeurs.
Los americanos se equivocan, claro. 1 de Febrero de 2002. Judea Pearl investiga las posibilidades de crear inteligencia artificial, analiza asombrado la capacidad de compartir información y vídeos por toda la Red. Está gastando una broma con sus compañeros sobre las Redes Bayesianas cuando su mujer le llama por teléfono. Pon la televisión, le dice entre lágrimas. Y Judea accede.
Se encuentra entonces a su hijo Daniel Pearl, periodista del Washington Post. Ha sido capturado por terroristas en Pakistán. Están retransmitiendo un vídeo donde el joven periodista termina ejecutado, el primer vídeo de la historia de una ejecución subido a la Red. La coincidencia es…
... imposible, lo sé. Un año después, 2003, meses antes de la ocupación de Iraq. Un trabajador del M16 recibe la descripción de un miembro cercano de Sadam Hussein, que describe (con lujo de detalles) las armas de destrucción masiva que ha visto en un hangar en el subsuelo de Bagdad. Dicho confidente describe al servicio secreto inglés el artefacto: “dispositivos con forma de esfera, de color verde brillante, ordenados en forma de diadema. Una sola de esas bolas podría desatar un veneno similar al ántrax”. Dios santo, exclaman en varias reuniones algunos colegas del M16. No conocemos nada semejante.
Algunos empiezan a fantasear sobre qué tipo de arma estará preparando Hussein. Uno de ellos ve la tele esa noche con su mujer. Echan la película La roca (Michael Bay, 1996) donde Nicolas Cage y Sean Connery deben evitar la masacre de un arma de destrucción masiva. Las armas que persiguen tienen un curioso parecido con las descritas por el infiltrado del séquito de Sadam. Debe de ser una broma, piensa. Una coincidencia, a menos que...
La Zona de los hermanos ha llegado al continente. La ficción ha devorado a la realidad.
Dime, ¿seguro que no quieres bailar?
A Miranda Duncan le apetece. Sus padres se han ido de casa hace unas horas, así que la joven californiana de siete años decide subir el vídeo de sus hermanos bailando una canción. Será algo divertido, algo que compartirá por la Red. El mundo virtual empieza a ser invadido por fotos subidas a la red. El ciberespacio ya no será un sistema libre de jerarquías. Será un espejo. Nuestro espejo.
2008, la gran crisis económica golpea los Estados Unidos. En Nueva York los grandes bancos se reúnen para lidiar la situación (¿te acuerdas de los bancos de 1975, ¿verdad? Empezamos con ellos hace una buena tirada de párrafos). Los grandes casos de corrupción son olvidados porque lo importante es mantener el sistema. El único sistema que conocemos. Época de austeridad, época de recesión, la bautizan ahora.
Y mientras John Barlow ve cómo su sueño se hace añicos el coronel Gadafi es invitado a las Naciones Unidas para dar un discurso sobre la solidaridad de los pueblos. Estamos en 2009. Educado en Occidente y glorificado primero como líder de Libia. Las Naciones Unidas le ofrecen la misma tienda donde duerme en su país. En una entrevista Donald Trump acusa a Gadafi de haber dormido en una suite de uno de sus hoteles, pero eso ya no importa…
Así es como acaba el mundo...
... porque un año después el movimiento Occupy Wall Street acampa en Manhattan, al igual que el 15M en España. Y la Primavera Árabe llega a la plaza Tahir de El Cairo, donde jóvenes protestan porque no hay futuro e iluminan con señaladores láser los helicópteros que sobrevuelan la plaza, transformándolos en irreales polillas gigantes que brillan en la oscuridad. Todas las reuniones de los movimientos se establecen sin jerarquía. Toda opinión vale igual. El espíritu del miembro de Grateful Dead está vivo, piensas.
¿Recuerdas a Gadafi, al que comenté sólo hace dos párrafos? Es 2011. El vídeo de su cuerpo arrastrado por las calles se hace viral en Internet. Una década antes Gadafi era un líder invitado a las Naciones Unidas que hablaba con Tony Blair y George Bush sobre su papel. Otra, un terrorista. Pero volvamos a los movimientos Occupy...
... muy pronto partidos políticos de izquierda y derecha se apropian de los movimientos y los usan para sus propios fines políticos. Y así llegamos a 2014, cuando Donald Trump anuncia su convocatoria para la presidencia del partido republicano. “El sistema está roto, todos estos que tengo aquí al lado me deben dinero. El sistema está roto porque lo conozco de primera mano y sólo yo puedo arreglarlo”.
¿Seguro que no quieres bailar?
Y mientras Trump termina siendo elegido líder del partido republicano terroristas árabes se reúnen en las montañas de Siria. Estamos en 2014. Comprenden que el plan de Osama Bin Laden es un error. No deben realizar ataques masivos, sino pequeños atentados en cafeterías, discotecas, continuos y rápidos. Hacer que los países de Occidente se devoren a sí mismos.
Y así, un año después, el 7 de enero de 2015, un joven dibujante de viñetas camina por la Rue Nicolas-Appert en París hacia su lugar de trabajo cuando oye unos disparos tras de él…
… y horas después Farage, líder de UKIP, lamenta el atentado de París y pide al pueblo inglés que quizás (sólo quizás) está siendo demasiado ingenuo con las comunidades árabes que habitan en el Reino Unido.
…M ientras en Moscú el presidente Putin, que continúa orquestando maniobras en la oscuridad y alabando el gran Imperio Ruso, con especial interés en Siria, alaba a Trump y su visión….
…Y el número de youtubers crece exponencialmente. Millones de usuarios contemplando las anécdotas de diferentes personas iguales a ellas. Contemplando anestesiados un espejo digital, guardando likes como muestras de valoración. Reafirmando sus ideas. Compartiendo vídeos de marmotas y gatos trepando por el salón hasta que...
… llegamos a 2016. El Reino Unido sale de Europa en junio, persiguiendo un mayor control en la inmigración, mientras Trump vende la idea de que México construirá un muro en la frontera con Estados Unidos. Inmigrantes sirios mueren en los campos mientras Europa decide qué hacer con los bombardeos continúan en las principales ciudades sirias en busca de terroristas…
… y en algún lugar del mundo, La Zona de dos hermanos rusos continúa avanzando, devorando todo lo que queda de la realidad.
2006. Alexei Yurchack describe en su libro Todo era para siempre, hasta que dejó de serlo: La Última Generación Soviética el término “Hyper- normalisation”: “cuando todo se está viniendo abajo, pero nadie encuentra una alternativa posible. Cuando ya no queda tiempo para nada salvo para creerse la mentira y seguir cuesta abajo. Bienvenido a la era de la hiper-normalización”
Dime. En serio.
¿Seguro que no quieres bailar?
La entrada ¿Quieres bailar? – La ‘HyperNormalisation’ de Adam Curtis aparece primero en Canino.