En el exterior de la catedral de San Juan en Fresno (California), hay un árbol del que desde hace unos días caen gotas de un líquido que para algunos fervorosos católicos son lágrimas de Dios.
Los más desesperados acuden allí esperando que un milagro se produzca y que Dios les cure de alguna enfermedad o les otorgue eso que tanto ansían. Es tal la fe de estas personas, que una de ellas afirma que cuando reza “¡Gloria a Dios en el nombre de Jesús!”, el árbol llora con más intensidad.
Lamentablemente la explicación a este suceso es mucho más mundana. El árbol está infectado de pulgones, que le extraen la savia. El excremento de estos insectos es un líquido como la melaza que se acumula en su abdomen hasta que cae por su propio peso. El árborista que aparece en el vídeo, encuentra en la misma calle otros ejemplares con el mismo problema. Pero debe de ser que los religiosos vinieron en coche, y solo se fijaron en el árbol que estaba al lado de la catedral.