Lanzada en febrero de 2015 a bordo del Deep Space Climate Observatory, la cámara EPIC de la NASA está todo el rato mirando hacia la Tierra desde un punto situado a unos 1,5 millones de kilómetros de esta en dirección al Sol, el punto de Lagrange L1.
Desde ese punto en el que siempre ve la Tierra iluminada por el Sol La Earth Polychromatic Imaging Camera (EPIC), o Cámara Policromática para Obtener Imágenes de la Tierra, se dedica a tomar fotos de la cara iluminada de nuestro planeta.
Con su sensor de 4 megapíxeles y su telescopio de 30 centímetros las imágenes de EPIC tienen una resolución de entre 10 y 15 kilómetros, resolución que varía porque el punto L1 no es un punto como tal sino una zona del espacio en la que orbita DSCOVR, con lo que a veces está un poco más cerca y a veces un poco más lejos de la Tierra.
Un técnico trabajando en la cámara EPIC; el círculo es la tapa de su objetivo - Ken Kremer vía Universe Today
Fruto de su primer año de observaciones la misión acaba de publicar este vídeo que resume un año de la Tierra en algo menos de tres minutos, un vídeo para ver a pantalla completa y en HD. Merece mención especial la parte en la que se ve la sombra de la Luna proyectada sobre la Tierra durante el eclipse de Sol de marzo de 2015.
Las imágenes de este vídeo muestran la Tierra como lo verían nuestros ojos, aunque EPIC toma imágenes en varias franjas del ultravioleta, infrarrojo cercano, y luz visible para estudiar como varía esta con las actividades humanas.
Desde el punto de vista de la cámara amanece por el oeste en lugar de por el este. Y dado que toma un conjunto de imágenes a intervalos de un poco de menos de dos horas llega a «ver» casi 13 amaneceres al día.
Africa and Europe from a Million Miles Away - NASA
En el vídeo se puede apreciar como hacia los bordes de la Tierra la imagen aparece más difusa debido a la dispersión de los rayos de Sol en la atmósfera, la misma que hace que desde la Tierra veamos el cielo azul.
Y además de proporcionarnos imágenes bonitas EPIC, que se pueden ver en línea, sirve a los científicos para estudiar la cubierta de nubes, que tapa aproximadamente dos tercios de la Tierra en todo momento, cómo evolucionan los sistemas meteorológicos, y como cambian grandes zonas como selvas, desiertos, o el color de los océanos.
También permite a los científicos monitorizar los niveles de ozono y aerosoles en la atmósfera, la altura de las nubes, las propiedades de la vegetación, y la reflectividad en ultavioleta de la Tierra.
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