Hacia el mediodía del 15 de octubre, cuando los incendios empezaban a ponerse feos en Galicia, a Miguel M. no se le ocurrió mejor idea que quemar unos rastrojos en una finca familiar de Os Blancos (Ourense) para asar un chorizo. El fuego se le descontroló y se extendió una hectárea en un día, el de la aciaga ola de fuego, en el que ardieron 49.200. Tres días después, la Guardia Civil se lo llevaba a comisaría y la jueza de primera instancia lo enviaba a la prisión de Pereiro de Aguiar, para convertirse en el primer detenido tras aquel espantoso domingo en el que parecía que iba a arder Galicia entera. Casi 40 días ha tardado Miguel en recobrar la libertad. Lo ha hecho después de que se desataran las protestas de colectivos que, más que culpable, lo consideran víctima de la sed de justicia de una sociedad furiosa.
La Audiencia provincial de Ourense decretó esta misma semana la puesta en libertad del detenido con una fianza de 2.500 euros, muy inferior a los 20.000 que solicitaba la Fiscalía, y enmendando a la jueza de Xinzo de Limia que se negó a facilitar su salida de la cárcel por la gravedad del supuesto delito y por el riesgo de reincidencia. El auto pone fin a una situación que provocó la indignación de organizaciones y particulares, que no cuestionan la imprudencia de Miguel, pero que rechazan ya no solo que se le pueda considerar “terrorista” sino incluso que el fuego que provocó hubiera sido intencionado. “Se le ha mantenido entre rejas por motivos políticos”, acusa un allegado.
Miguel M. fue detenido cuando las autoridades trataban de justificar sus acusaciones de “terrorismo incendiario”, una expresión que se generalizó el mismo día de la catástrofe para explicar la proliferación de focos con apariencia de intencionados. El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, hizo suya la expresión, al cargar contra los “terroristas incendiarios” que atacaron el territorio gallego. Sin embargo, transcurrido mes y medio, y como cada vez que Galicia ha sido castigada por el fuego, no hay un solo indicio que avale la menor coordinación delictiva, sino más bien la clásica suma de imprudencias, negligencias y prácticas de riesgo en un territorio, el monte gallego, convertido en un polvorín.
Amigos y compañeros de trabajo del detenido fueron los primeros en alertar de su difícil encaje como presunto terrorista incendiario. Desde luego, su comportamiento no fue ejemplar y pudo provocar una desgracia mucho mayor, pero ni su perfil parece el del miembro de ninguna organización clandestina ni el incendio que causó tiene pinta de intencionado. Tanto Miguel M. como su mujer son funcionarios desde hace décadas, en su caso de un juzgado de instrucción de Vigo, además de militante ecologista. Se le considera una persona “arraigada” en la ciudad en la que trabaja, que ese 15 de octubre quiso preparar unos chorizos después de limpiar una finca de su propiedad en el lugar de Barrucadas, del municipio de Os Blancos, de donde es originaria su mujer.
Es posible que Miguel no pasara por su mejor momento anímico, como ha deslizado alguno de sus amigos, e incluso que su comportamiento cuando se desató el incendio resultara sospechoso, pero como afirma un comunicado emitido por la Federación Ecoloxista Galega, “es una persona conocida y valorada, que a lo largo de los años noventa del pasado siglo activó la lucha social contra el deterioro de la naturaleza en nuestro país”. Una de las organizaciones que forman parte de esa federación es el Movemento Ecoloxista da Limia (MEL), que el detenido contribuyó a crear en 1981.
En el clima de absoluta indignación por los incendios y en plena expansión del concepto de 'terrorismo incendiario', el propio ministro del Interior quiso pregonar la detención del vigués a través de su cuenta de Twitter. “La @guardiacivil ha detenido a un hombre en Vigo por causar presuntamente un incendio por una imprudencia el pasado domingo en Os Blancos”, escribió Juan Ignacio Zoido. Otros, como el alcalde de esa localidad ourensana, salieron en su defensa. “La verdad es que no era el día más idóneo para asar nada y no deja de ser una imprudencia, pero acabar en la cárcel por esto ha sido una sorpresa para la gente de aquí”, declaró José Manuel Castro.
Las circunstancias de su detención también son objeto de controversia. Cuando recibió en su casa la citación se presentó voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil y, de acuerdo con el testimonio de su familia, los agentes se le echaron literalmente encima en cuanto se identificó ante ellos. Estos, en cambio, sostienen que llegó con actitud violenta. La familia del investigado también asegura que “se empeñó personalmente” en la extinción del fuego, mientras que el auto del juzgado de Xinzo de Limia que determinó su ingreso en prisión relata que mostró “un total desinterés por la propagación del incendio”.
Resalta asimismo el juez que el detenido carecía de autorización para iniciar una quema y el “estado de nerviosismo en el que se encontraba”, así como “su conducta posterior de ocultación y de falta de colaboración con los agentes de la autoridad”. El ingreso en prisión se justificó “teniendo en cuenta la gravedad de la pena”, al calificar los hechos como un incendio forestal en las proximidades de población, y ante el riesgo de “reiteración delictiva”. Los delitos que se le imputan están relacionados con los artículos 352 y 353 del Código Penal, con penas de hasta seis años de prisión.
El auto que decreta la libertad bajo fianza del detenido desmonta la teoría del terrorismo incendiario, una posibilidad que ni siquiera planteó la Fiscalía cuando calificó los hechos. La Audiencia de Ourense destaca que la documentación aportada acredita “una situación de arraigo” del investigado, “como domicilio, familia y trabajo en la ciudad de Vigo”, por lo que el riesgo de posible sustracción a la acción de la Justicia “disminuye”. “Entendemos que no debemos sostener la situación de prisión provisional amparándola en el único criterio de reiteración delictiva, al no disponer de elementos que nos hagan temer que esta se llegue a producir”, expone la sala.
La Audiencia Provincial no apela en su auto a ninguna de las acusaciones veladas que esgrimió Feijóo cuando el detenido llevaba apenas dos semanas en prisión, cuando expresó su “impresión” de que la información aportada por Miguel M. es “incompleta” y que la prisión sin fianza se mantenía “porque había alguna cosa más”.
Greetings readers of The Fandomentals! Last time, I wrote about the best way to get into tabletop RPGs. Where to find them, what you need to play, and who to play with. As I was finishing the article though, I had a thought: ‘Not everyone enjoys fantasy.And even if they do, not everyone is going to like Dungeons & Dragons.’ (Indeed, one of our very own writers here is not a fan of the game at all). So this time, we are going broaden our horizons slightly by looking at different five different games, all from different genres.
A word of warning before we begin though: ome of these games have a steeper learning curve than others. That’s not to say that they are impossible to learn, mind you. Just that you’re going to have to put in more work to learn the rules.
Exalted Published by Onyx Path Genre: High Fantasy/Wuxia
Exalted is probably the closest game on this list to Dungeons & Dragons, as they are both fantasy games. However, where Dungeons & Dragons was based on western, medieval fantasy, Exalted is based on eastern, Wuxia fantasy. Another major difference between the two games is that while Dungeons and Dragons can be high powered, Exalted is from the start. Eventually, your character can destroy a city with balls of fire from the sky, seduce a god, ride in and on giant magical mecha, and slay mountain sized behemoths (with or without the help of the giant magical mecha).
The story of Exalted takes place on a flat world, called Creation. Creation is floating upon a sea of chaos that is constantly trying overtake it. Beings called the Primordials formed Creation and ruled it for a time before being overthrown by the gods and their servants, the Exalted. The Exalted were mortals elevated to great heights with the gods power. Eventually, the Exalted defeated the Primordials and the gods gave Creation to the Exalted to rule as a reward.
There were four types of Exalted: Solar, (the strongest and the ones responsible for the actual governing of Creation) Lunar, (Shapeshifters who were charged with protecting Creation, they were the mates and companions of the Solar) Sidereal, (masters of fate, they were charged with protecting Creation from natural disasters and acting as advisors for the Solar) and Terrestrial (Super Soldiers wielding the powers of the elements. The weakest of the Exalted, but the only ones who can pass their abilities on to their children).
The last act of the Primordials would spell the doom for the Exalted, however. They cursed each of them, with the Solar suffering from it the worst. Instead of being noble and honorable, the Solar became tyrannical and petty. The Sidereal, blinded by the hubris brought on by their own curse, convinced the Terrestrial Exalted to overthrow the Solars and imprison their souls so there could never be another Solar Exalted. Because of this though, the Chaos lapping on the edges of Creation grew embolden and started to advance. It was only through sheer luck and the discovery of an ancient Solar weapon that the Terrestrial Exalted were able to drive off the Chaos for now.
The players in Exalted mostly control Solars, freed from their prisons (but not entirely free from their curse) and finally returned to the world. It has been centuries since they were last seen, and nearly everyone believes they were evil and twisted. The players must fight to save Creation, avenge their fallen brothers, and (maybe) take their place again as the rulers of Creation.
Onyx Path published another game on my list, called Chronicles of Darkness. Unlike Exalted though, which high powered Wuxia game, the Chronicles of Darkness is a horror game. It’s about never being sure who to trust, about never being in complete control of the situation.
Chronicles of Darkness takes place in the modern world. Everything that you know here exists over there except for the game world is, for lack of a better word, darker. The days are shorter, and the shadows are longer. But most of all, there are monsters that lurk in the shadows. Vampires stalk both the city streets and ritziest parties, using mortals as pieces in their games. Werewolves inhabit the border between the city and the wilderness, enforcing laws no human can understand and the punishment for breaking them is usually death. Mages perform experiments, their hubris pushing them further and further. Stranger creatures lurk in the cracks, just waiting for their chance to spill out…and you can play as any of them.
Chronicles of Darkness is not one game, but several, split into several different ‘game lines’, which all use the same general mechanics, with a few minor changes here and there for each specific game. The different game lines all have different rulebooks associated with them, called ‘splat books’.
The different game lines are as follows: Vanilla (where you play as a normal human), Vampire: The Requiem (Where you play as vampires), Werewolf: The Forsaken (Werewolves), Mage: The Awakening (Mages. Can you see a bit of a trend here yet?), Promethean: The Created (Frankenstein like monsters that travel the world trying to understand humanity and fleeing from angry mobs that want to destroy them), Changeling: The Lost (People who were kidnapped by fairies and managed to escape after years of abuse that changed the very nature of what they are), Geist: The Sin-Eaters (The character died, and then returned from death with a psychopomp sharing their soul, this allows them to see and interact with ghosts), Mummy: The Curse (the characters are undying mummies from a kingdom far older than Egypt and have lost almost all their memories of what they were like when they were human), Demon: The Descent (The characters are fallen angels of a Machine-God that pursues its own, inscrutable motives), Beast: The Primordial (The characters are an embodiment of one of humanity’s primal fears, and you need to feed) Deviant: The Renegade (An as of yet unreleased game line, you can play as the victim/subject of an evil scientist/cult who has changed your body into something inhuman, ala The Fly or Akira), and Hunter: The Vigil (You play as a normal human aware of the supernatural and you hunt any of the aforementioned groups. If you’re curious about this game, Michał wrote an article about it a year ago.)
The goals of most of these games can vary wildly, but most of them have at least one similar objective: Try and survive for as long as possible without sacrificing too much of your humanity. This overriding objective is what can really make this into a horror game. You are often given a difficult choice and one with no right answer: How much are you willing to sacrifice? What are you willing to sacrifice? And are you really sure you can go through with it?
If there’s one franchise that people would love to fight in, have adventures in, and explore it would be…The Lord of the Rings. But a close runner up would be Star Wars. There have been other Star Wars games published in the past, but the newest (and in my opinion, one of the better made) ones published by Fantasy Flight is the one I will talk about today.
If you’re reading this article I’m going to assume you have some knowledge of Star Wars already, so I won’t bore you with the backstory. What I will say is that the game takes place during the Rebellion against the Empire, and that the game itself is actually three different games, with the same mechanics but different focuses. They are Edge of Empire, Edge of Rebellion, and Force and Destiny. In Edge of Empire, you play as a criminal, vagabond, or some other character on the wrong side of the law. In Edge of Rebellion, you play as a member of the Rebellion against the Empire. You have to try and keep your head down, even as you attempt to strike a blow against the Empire. And in Force and Destiny, you play either as a survivor of Order 66 or a new force sensitive, trying to make sense of your abilities while hiding from the Empire.
One of the unique aspects of the games is that each one has a different mechanic that can affect how each different adventure plays out. For example, Edge of Empire calls this unique mechanic Obligation. Your obligation can range from owing money to a crime lord, to having to make payments on a ship, to having a family you need to support. Before each adventure, each player rolls their Obligation score. If you fail the roll, the Obligation impacts your character negatively as they try to deal with it.
Another fun thing is that these games are completely compatible with each other. All you have to do to adopt a character from game to the other is to change that mechanic I mentioned. Want to play a former rebel pilot turned smuggler? Go for it. Feel the need to play as a gunrunner who begins to feel the force? Nothing is stopping you. Other then these two things, there really isn’t too much more to say about this game. It’s Star Wars. You know exactly what you’re getting into when you start to play. And, to be quite honest? It’s fun traveling a long, long time ago to a galaxy far, far away.
Shadowrun Published by Catalyst Game Labs Genre: Cyberpunk
If you have heard of Shadowrun recently, it was probably because of one of the extremely good video games (Shadowrun Returns, Dragonfall, and Hong Kong) that came out in the past couple of years. What you may not have known is that Shadowrun started as a tabletop RPG and since at least 2004 has seen quite a bit of a revival. Trying to put it into a genre is a bit tricky, because on one hand it is very cyberpunk…on the other hand, you can get a party of characters that resemble nothing more than a D&D party, only armed with guns and cybernetics.
Shadowrun’s basic premise is that on December 21, 2012 magic returned to the world. Dragons started to awake, women started to give birth to elves, dwarfs, orcs and trolls, and spirits started to wander the world again. The first people to take advantage of this new magical world are Native Americans, who carve out their own nations across North America. The real winners in this new world however are the megacorps. Megacorps are giant corporations that are extraterritorial and a law unto themselves. They can do whatever they want, to whomever they want with very little way to push back.
The players control Shadowrunners, freelancers that don’t work for any specific corporation or government. They do the jobs that the companies can’t acknowledge or, sometimes, can’t even do. The missions are normally can go one of two ways: Carefully planned by the players to take advantage of hacked computers and changes in the guard’s schedules…
Or (more likely) crazed gunfights across corridors and down the sides of buildings.
The players have quite a few options on what type of character to build as well. Different fantasy races, in addition to your playstyle as well. Do you want to be a hacker? Magic user? Gunfighter? Or do you want to be a cyborg with a katana? All these options and more are plausible. In an old game I played in, there was the charismatic leader of the party who was also our driver/drone pilot, the Russian troll who was our heavy weapons specialist, a drug addicted elf hacker and my character, the Native American mage who was probably the most optimistic of the bunch. Shadowrun is a very fun game that, if you enjoy cyberpunk at all, you’re going to enjoy. Just remember: “Watch your back, shoot straight, conserve ammo, and never, ever, cut a deal with a dragon.”
Paranoia Publisher: Mongoose Publishing Genre: Dark Comedy/Science Fiction
“I am sorry Citizen! This following section is for Ultraviolet Clearance only! Clicking on this article without proper security clearance is Treason! Please proceed to your nearest termination booth! Have a nice daycycle, and remember: The Computer is your friend!”
This game is probably the strangest one I’ve covered so far. Mostly, because there is no real grand adventure in it. No saving the day, no stealing or recovering an artifact. No, you’re trying to get part 17-GHO but only have the authorization to get part 17-GH0. And in order to replace it you have to get into an area that you don’t have the authority to access. Paranoia is a darkly humorous game of bureaucratic nightmares, logistical logjams, and well…paranoia.
The game takes place in Alpha Complex: a vast, underground city run by a supercomputer known as ‘Computer’ or ‘Friend Computer’. At some point in the past, a disaster wiped out all life except inside Alpha Complex, leaving the Computer left trying to figure out what went wrong. Due to corruption in Computer’s databanks, the only information it had was Cold War propaganda. It was then convinced that Communists were responsible and set out trying to destroy them. Computer quickly discover (what it thinks) is the natural ally of the Communist: Mutant humans with strange powers. Along the way, thanks to more corruption and purposeful sabotage from the ‘High Programmers’, the computer has acquired a hatred of any and all secret societies as well. It assumes (correctly, in most cases) that the secret societies are trying to take over/destroy Alpha Complex.
This is where the players come in. The players control RED security clearance ‘troubleshooters’. (In Alpha Complex, security clearance from lowest to highest follows a ROY G BIV scale, with Infrared at the very bottom, followed by Red, Orange, Yellow, Green, Blue, Indigo, Violet with Ultraviolet at the very top.) Their goal is in the name: find what’s troubling Friend Computer, and shoot it. Complicating matters is the fact that due to decades of cloning and exposure to radioactive materials, everyone is a mutant. And all the players just happen to be members of a secret society. The players real goal is to try to survive for as long as possible while exposing their teammates as traitors.
You will die in this game. A lot. Probably more than once per mission. Betrayed by your teammates, vaporized by Friend Computer for Treason, having a mechanical issue with your gun causing it to backfire in your face…and all this before figuring out what you’re even supposed to do on your mission! It’s a good thing you’re provided with six back-up clones, and can buy more. The other fun thing about the game is that technically, knowing the rules of it is treason. If the GM catches you knowing the rules, they will execute your character, and a new clone brought in. Of course, this shouldn’t stop you from taking advantage of the rules to betray a teammate. Just…make sure that the GM doesn’t know you’re doing it. It’s that kind of game.
If this sounds kind of slapstick and a little dark at the same time…it should. You can play Paranoia played completely straight (and it becomes something akin to Terry Gilliam’s Brazil written by Kafka). Or it can be completely silly (where it turns into the most bonkers, over the top episode of Looney Tunes). It all depends on your group and GM. No matter what style of play you go for though, always remember: The Computer is your Friend!
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And there you have it. Five games ranging from Dark Comedy to horror to space opera! Keep in mind there are hundreds of other games out there. And what I’ve talked about here is only a thumbnail sketch of the games themselves. There are also hundreds of indie games out there that are as good as the games I’ve mentioned here. I may talk about a few eventually. In the meantime, I hope this has inspired you to look at some new games and hopefully try a few new ones out.
Images courtesy of Onyx Path, Fantasy Flight Games, Catalyst Game Labs and Mongoose Publishing
On the day Emperor Haile Selassie visited Jamaica, a powerful storm broke out. The country, prior to the Emperor's arrival, had been ravaged by famine and starvation. There had been no rain to water the crops for decades. The first time, in a long time, that it rained was when the Emperor set foot out of his aeroplane in that country. Jamaicans, from that time on, started to see the Emperor in a new light, they started to assume that maybe he was not just a person, but a messiah of some kind. Maybe even the messiah himself.
En Ferrol no huele a Navidad hasta que las puertas del túnel del tiempo que nos llevan hasta la antesala del belén de Alfredo Martín en la Orden Tercera se abren. Esta es una verdad indiscutible. Esas figuras, que cada año añaden algunas novedades, nos transportan mágicamente a nuestra infancia.
Con más de 75 años de vida, el Nacimiento ferrolano acepta visitas desde este sábado y hasta el próximo 6 de enero, todos los días de 17:00 a 21:00 horas. De las manos de su autor, que este enero cumplirá 89 años, han salido todas y cada una de las piezas que componen esta obra de arte.
La Secretaria Xeral de Turismo de la Xunta de Galicia ha editado este año un folleto explicativo del belén y más material de promoción, por si todavía queda alguien sin conocer esta obra mítica.
Adelantan los responsables del Nacimiento que, una vez que cierre al público, será protagonista de una «importante obra de remozado para afianzar su estructura, renovar el sistema eléctrico, megafonía y otras variadas acciones», sufragada asimismo por la Xunta.
Los colegios que quieran visitar el belén podrán concertar cita previa llamando a los teléfonos 981 35 83 67 605 61 93 57. El espectáculo dura una media hora. La entrada infantil cuesta 1,5 euros y la de adultos 2 euros.
Agentes de la Policía Local de Cedeira detenían en la mañana de este sábado a un joven que presuntamente estaba causando destrozos importantes en el interior del CEIP Nicolás del Río, situado al lado del paseo marítimo de la villa.
Un particular alertó a la Policía después de haber sido testigo que cómo el joven, armado con un palo, estaba dañando el interior del centro escolar. Al saberse sorprendido por los agentes el joven llegó a hacerles frente, pero estos lograron reducirlo y trasladarlo a las dependencias de la Guardia Civil, donde lo pondrán a disposición judicial.
El hombre, de unos 25 años, habría roto cuadrantes del falso techo y varias ventanas, desordenando y dañando el material de oficinas e incluso llegando a vaciar extintores en pasillos y aulas. La dirección del centro ha puesto los hechos en conocimiento de la Consellería de Educación, que será la encargada de dirimir si habrá o no clase el próximo lunes en el centro.
En octubre publicamos una lista de 48 cosas que confunden a los españoles cuando llegan a vivir a México. Algunas de ellas son la cerveza con hielo, el misterio de temporalidad que encierra la palabra ahorita o la existencia de un viene-viene (o franelero) en cada esquina. Otra más, “lo sentidos que son los mexicanos”, se manifestó de inmediato en los comentarios del artículo: hubo quien se ofendió con las observaciones de los extranjeros sobre nuestras expresiones, costumbres, relación con el tiempo, medio ambiente y placeres gastronómicos.
Pues bien, ha llegado la hora de la réplica. En Verne México hemos pedimos ayuda a varios amigos, conocidos y miembros de grupos de Facebook -como Mexicanos en Sevilla- para responder cuáles son las cosas que no entendieron cuando llegaron a vivir a España. O que tal vez siguen sin entender.
Según el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), en España viven 51.140 mexicanos (2016), menos de la mitad del número de españoles que actualmente residen en México (130.800). Unos 150 de esos paisanos respondieron a nuestra encuesta para revelar lo que les ha parecido extraño o curioso de España y su gente. Igual que en el artículo anterior, presentamos sus comentarios de forma anónima y divididos en secciones. Son apreciaciones personales de todo tipo.
Lengua
1. Que decir culo sea algo súper normal y nada obsceno o altisonante. Escuchar al Mickey Mouse decir culo me rompió el corazón.
2. Cuando llegas, te dicen “guapo” o “guapa” y piensas que te están halagando. Después te das cuenta que hasta al perro le dicen “guapo”.
3. Que los nombres propios en inglés los traduzcan al español: U2 (U Dos) y AC/DC (A Ce De Ce).
4. Que le digan pienso a la comida de perro… ¿qué pedo?
5. Son los reyes del pleonasmo y la tautología: dicen subir para arriba, bajar para abajo, salir para afuera… O las preposiciones “a por” juntas: “voy a por un café”.
6. Cuando te hablan y les respondes con un “¿mande?”, se echan a reír.
7. Que digan las palabras en inglés tal cual las leen: Yu-tu-be, Güi-fi...
8. Dicen que nosotros utilizamos muchas palabras en inglés, pero ellos tienen las excepciones más raras como Espiderman (en lugar de Hombre Araña o Spiderman) o córner para referirse a un tiro de esquina.
9. No comprendo que digan “estoy dando clases de...” cuando realmente lo que hacen es asistir a clases de algo. Yo pasé un tiempo confundida creyendo que mi amiga era profesora de francés cuando me dijo que ella “había dado clases de francés en el instituto”.
10. Es gracioso saber que a Los Muppets les dicen Los Teleñecos.
Personalidad
11. Que te digan “no” de manera tan directa y cortante.
12. Cuando llegué a vivir a España me impresionaba que hablaran a gritos y todos a la vez, no entendía las conversaciones. Ahora ya me acostumbré.
13. Me encanta que sean directos para decir las cosas, algo que en México desconocemos.
14. Tardé en entender que la gente no se saluda tan efusiva ni de forma tan próxima. Es raro si al llegar le das beso a cada uno y no se te ocurra abrazarlos. Para la despedida, con un hasta luego general es más que suficiente.
Costumbres
15. Que los cigarros solo los puedas conseguir en estancos de tabaco y no en todos lados.
16. Que prefieran ver una película doblada al español en lugar de la versión original subtitulada. ¡La voz de un actor es parte esencial de la interpretación!
17. Que pregunten si puedes ver la película y leer los subtítulos al mismo tiempo.
18. Que no dejan propina en los restaurantes. La cultura del servicio es muy diferente a la de México.
19. Aunque sí entienden el doble sentido, no utilizan tanto el albur como los mexicanos.
20. Que se casen los domingos.
21. Que nadie te empuja en el metro o autobús.
22. Que a lo único remotamente cercano a una tienda de conveniencia como Oxxo se les conoce como “chinos” y sí, la mayoría son manejados por chinos.
23. Lo tarde que comen, duermen y empiezan las fiestas.
Comidas y bebidas
24. Que un desayuno puede ser solamente un café y un pan tostado con aceite.
25. Que les encante la comida mexicana pero no tengan ni un solo lugar dónde vendan un taco decente.
26. Que el único picante que tengan sea la salsa Tabasco.
27. No acostumbran desayunar huevos y ni por error te ofrecen fruta en el desayuno.
28. Las judías verdes están por todos lados y en México lo más cercano son los ejotes o los chícharos (y a los chícharos los llaman guisantes).
29. Si pides un café, te dan un espresso o un café con leche, no un americano. Tienes que dar una larga explicación de cómo es el café americano, y si lo pides para llevar, te ven raro.
30. Que te sirvan un café en vaso de vidrio... ¡Aaay, no sabe igual!
31. Extraño un Oxxo o tiendita de antojitos en cada esquina... ¡y los limones!
32. Que piensen que el tequila se toma en chupitos y solo para emborracharse muy rápido.
Su percepción de los mexicanos y del resto del mundo
33. Que generalizan a los latinoamericanos, como si fuéramos igual del Río Bravo hasta la Patagonia.
34. Que hablen cantadito como el comercial del tomate Orlando, pensando que así tenemos el tono de voz todos los mexicanos (odiamos el anuncio del "cuate aquí hay tomateeeee").
35. Que les llamen sudacas de manera despectiva a los sudamericanos pero también a los mexicanos: México está en América del Norte.
36. Que escriban México con "J": tanto independizarse para que pongan el nombre como se les antoje.
37. Que festejen la colonización a través de la Hispanidad.
38. Que si eres rubio o alto, o pelirrojo, o castaño claro... o más bien, si no eres moreno y bajito.... "No pareces mexicano".
39. Me choca que le digan americanos a los estadounidenses y a los mexicanos “panchito”. Nunca antes había conocido que teníamos ese apodo.
40. Que me digan que hablo "como en las telenovelas" o que tengo nombre de culebrón: Claudia Elizabeth.
"Quiero mostrar de qué trata la inclusión, que alguien con necesidades especiales puede perseguir sus sueños", afirma Mikayla Holmgren, de 22 años y natural de Stillwater, Minnesota.
Dubbed “the world’s greatest bad movie,” and “the best worst movie ever,” Tommy Wiseau’s The Room has become so legendary in its suckitude that it ascended to a whole new plane of reality. A new movie from Seth Rogen and James Franco, The Disaster Artist, will chronicle how The Room got made; but first, The Room gets the Honest Trailer that it deserves.
“The Citizen Kane of bad movies” sounds so awful as to be almost alluring, right? But I have a confession to make: I’ve never actually succeeded in making myself sit through The Room, though its history is now legendary and I have been steeped in that legend. “It’s not just bad – it’s intoxicatingly awful,” writes the BBC, in attempting to explain why a movie that by most accounts is objectively terrible has also developed a huge cult following and in-depth media attention. “Not since Ed Wood’s Plan 9 from Outer Space, a legendary turkey from 1959, has a film been so revered for being so rubbish.” They summarize the phenomenon’s “plot” for us:
Set almost entirely in one bland apartment – but not, confusingly, in one room – it revolves around Lisa (Juliette Danielle), a frowning young blonde who is engaged to a muscle-bound banker, Johnny (Wiseau), but who seduces his best friend, Mark (Greg Sestero). And that’s about it. An insanely repetitive 99 minutes, The Room has Lisa complaining again and again to her friends and her mother that she doesn’t want to marry Johnny, and the rest of the running time is taken up with punishingly long sex scenes involving red roses and diaphanous drapes.
You perhaps see why I did not go out of my way to view this movie. But over time The Room‘s cult status grew and grew, and midnight screenings of it started popping up in cities around the world, attended by devoted fans; it has become somewhat of a cultural event. The Disaster Artist, the new film about the making of The Room, has been receiving strong reviews and is currently running at 95% fresh on Rotten Tomatoes.
“Meet Johnny, your everyday all American Dracula,” Honest Trailers begins. “Most moves cut straight to the interesting parts, but The Room is not most movies.” I’ll let you take it from there.
But if you’re curious how the Room within a Room movie is going to look, here’s the trailer for the Franco/Rogen effort, which has elicited a lot of laughs every time I’ve seen it in theaters.
I have a feeling this Honest Trailer may be about as much of The Room as I’ll ever experience, but if you’re a devotee, please tell me what I’m missing in the comments.
Alright. Since I’m apparently making it my mission to get everyone to watch Crazy Ex Girlfriend, I’ve gotta finally tackle the part nearest and dearest to my heart. A few months ago I wrote about the oddities of jewish representation in media. Namely, that even in its heavily limited representation, only male characters were allowed to actually evince jewishness, while women were toned down to more of a “jewish in name only” character. Where are all my Yiddish-speaking, ball-busting, overbearing, intensely anxious jewish women at?
Well, many of you told me where in the comments section: in Crazy Ex Girlfriend, where the goddamn protagonist is not only unabashedly jewish, but her entire character is informed by her very fractured and messed up relationship with the jewish mother to end all jewish mothers.
Naturally, I was skeptical. Then I watched the pilot episode. From Darryl telling Rebecca she didn’t look jewish because of that “little button” nose of hers, to Rebecca’s mother (Naomi) yelling at her on the phone about how this better not have been another suicide stunt of hers since that was very inconvenient (dark!), to even just the general neurosis Rachel Bloom evinced in her acting… Yes. It was spot on and perfect, and something I never knew I needed to see.
Wait, wasn’t that Kate Kane for me too? Yeah, you don’t have to do too much digging around here to see that I’ve been clinging to every single one of the Batwoman’s ‘vey iz’mir’s’, because that is how stupidly rare authentic female jewish representation is (and how damn skilled Bennett is at writing it). However, and I mean no offense to Kate…there’s something just a tad more relatable about Rebecca. You know, it’s a driven, type-A, miserable lawyer who leaves a job to impulsively pursue an old flame out of a desperate attempt to find happiness, as opposed to a military-trained vigilante fighting global wars (even if she, too, has flaws we understand). Though in fairness, I really am no more likely to move to the Inland Empire as I am to take up the cape, now that I think about it.
Still, that’s the thing. Crazy Ex Girlfriend has always been a story about Rebecca trying to find her place in life, and doing so while lacking traditional heroic qualities. The mental health aspect of her journey has been masterful to see unfold, but I should note something: her jewishness is not separable from that journey.
Nor her bagel penchant.
Being jewish, particularly a white jew in America today, is…complicated to say the least. I can’t speak for all of us, though I can note some commonalities I’ve at least found. There’s sort of a sense of always being hit from both sides; we’re simultaneously discriminated against and privileged. We’re criticized politically across the spectrum at best (we’ve seen at worst a bit too much lately). There’s a kind of inherited anger, which given the generations of cultural scars coupled with a strong emphasis on oral tradition/remembrance, is kind of inevitable. And then there’s this sort of mentality of overachievement stemming from survival. The values placed on us tend to prioritize hard work as a pathway to making ourselves indisposable to the world that at large has, well, wanted to dispose of us. Because the shoe always drops on, eventually, so you better prepare.
I should note my own experiences as a jew is rather atypical. The town I grew up in had exactly one other jewish family, I have a non-jewish father, and I was raised secular, only having stepped in a synagogue for my cousins’ bat and bar mitzvahs. While I’m currently on a trajectory where that last bit will change, what I’m trying to say is that I grew up feeling as though I didn’t understand anything about jewish culture at large. And yet somehow…I still experienced it; these values were pounded into my head, and every single joke made at the expense of the Scarsdale community on Crazy Ex Girlfriend was, incredibly enough, immediately accessible and understandable to me.
It’s not just that the show provides an authentic portrayal of jewish women. It’s that it’s a brazen portrayal in every aspect. It’s in the damn fiber of every episode. It’s how Rebecca Bunch navigates the world.
God, it’s just the way she talks. A sharp and fast honing in on details, or her the logorrhea-filled ramblings when she’s cornered. Even small things, like saying “ich” (with the ‘ch’ as a guttural noise) when she’s voicing displeasure. I understand it’s what Rachel Bloom brings to the role, as well as her very jewish writing team, but never would I have expected a show like this to actually be picked up. This…exists??
There’s a “JAP battle.” A JAP Battle. For those unaware, the abbreviation stands for “jewish American princess,” a common stereotype for spoiled, affluent jewish women (well…usually older teenagers or young adults). And lo and behold, Rebecca faces off with her nemesis from back home dropping lyrics about common stereotypes, Israeli political commentary, Hebrew puns, and references to multiple jewish organizations.
Alpha Epsilon Pi is a jewish frat with chapters at numerous colleges and universities. Plus fellatio puns!
Truly though, it’s Rebecca’s relationship with her mother that puts the icing on the cake of this representation. Look. The overbearing, intractable jewish mother is 100% a stereotype, and of course there are jewish mothers who are incredibly warm and kind-hearted. I’ve even met one, and she makes a pretty rad acorn squash dish.
However at the same time, holy guilt-tripping, poop-fixated, boundary-violating hell. Naomi Bunch simply oozes jewishness, and it’s in ways I didn’t even understand anyone else would have experienced. From the second she bursts onto the screen, demanding to know where the bathroom is in lieu of a “hello,” every single damn line was something I’ve heard before. After all, as a jewish mother there’s two things she always has: indigestion and all the answers.
Also a slightly apocalyptic view of things…
It’s really the last bit that makes the relationship spring to life. Rebecca is desperate to please her mother, at the same time understanding that her negativity isn’t constructive to be around, and that she has to take ownership of her own life. At the same time, Naomi can see what Rebecca needs, if only she can force her will onto her. It’s something that’s absolutely relatable for gentile viewers, but for it to be set against Rebecca hiding Christmas decorations (a holiday she considers happy, unlike anything jewish), Naomi bemoaning what must be five pounds of lox as not being enough for Josh to eat on a plane, and the entirety of the song “Maybe She’s Not Such A Heinous Bitch After All,” it becomes something so close-to-home it’s just shy of a personal attack.
Crazy Ex Girlfriend may only have a handful of episodes where Rebecca’s jewishness is purposely put in the spotlight, but much like her mental illness, there’s never a moment where it isn’t fully palpable. Because really, why wouldn’t it be? That’s the question other shows with jewish characters have to answer; meanwhile, I’ll be fully happy having at least one unabashedly jewish woman on my screen.
Hablar de 20th Century Boys es hablar de una obra generacional. A través de un contexto argumental inspirado en lo real, el manga de Naoki Urasawa busca responder a la ansiedad frente al cambio. Un fenómeno anclado en la sociedad japonesa, cuyo papel viene a criticar el tono de la obra.
Urasawa publicó 20th Century Boys entre 1999 y 2006, en las páginas de la revista Big Comic Spirits de la editorial Shogakukan. Sus personajes, que habitan un Japón real, viven dos épocas distintas a lo largo de la historia de la obra: finales de los 60 – principios de los 70 y finales de los 90 – principios del siglo XXI.
Estos períodos no solo contemplan saltos entre décadas y siglos, sino profundas transformaciones sociales y económicas que cambiaron a todo un país.
Nacido en 1960, Naoki Urasawa bien podría haber sido uno de los niños protagonistas que descubrían el mundo con un asombro constante sobre sus espaldas (no en vano eran hijos de la guerra fría y estandartes de la Generación X), para pasar a ser uno de los adultos que mira constantemente hacia el pasado con el fin de encontrar respuestas a los desafíos de un mundo nuevo.
Los protagonistas de la obra se enfrentan a una organización de tintes apocalípticos que deberán combatir a través de la búsqueda del recuerdo y la aceptación del desafío absoluto que nace y muere con el individuo. Aquellos que hayan leído la obra entenderán que la secta que crea Amigo se inspira en las ansiedades de unos niños que contemplan un mundo, el de finales de los sesenta, constantemente amenazado por la guerra y las nuevas problemáticas a las que la sociedad nunca había hecho frente: armas nucleares, terrorismo, alienación del individuo, cambio climático…
Si bien el desarrollo argumental de 20th Century Boys es pura ciencia ficción, se inspira y tiene su espacio en un entorno completamente real: la historia reciente de Japón. Así, la obra funciona como una metáfora llevada al extremo (a través de lo fantástico) de las ansiedades que más afectaron a la sociedad japonesa tras ese espectacular crecimiento económico de final de siglo y su posterior llegada a la ya vieja globalización.
A continuación, mediante un análisis de los principales factores sociales, económicos y políticos del país del sol naciente veremos como lo que cuenta el manga de Naoki Urasawa, si bien desde lo fantástico, no es tan diferente a lo que puede acontecer en la realidad. Movimientos sociales, desarrollos económicos de vértigo, crisis políticas y económicas, sectas, atentados… Urasawa, como los protagonistas de su obra, creció en un mundo en constante y vertiginoso cambio.
Así, la obra funciona como una metáfora llevada al extremo sobre las ansiedades que más afectaron a la sociedad japonesa tras ese espectacular crecimiento económico de final de siglo y su posterior llegada a la ya vieja globalización.
Del Zengakuren al milagro económico japonés (60-70)
Aunque en la obra apenas se menciona, el Zengakuren fue una organización radical de ideología comunista creada en los primeros compases de la posguerra. Sus actividades de izquierdas marcaron el ritmo de una sociedad derrotada que tenía que verse sometida ante el control de la nación que vertió sobre ella dos bombas nucleares. De alguna manera, supieron conectar con la desesperanza y la desilusión de una sociedad que ya no contaba con ningún referente; sobre todo ahora que el emperador había resultado ser un personaje lejano a su idea inicial de tintes casi divinos.
El Zengakuren se postuló como la voz de protesta ante la incursión americana en territorio asiático, con la guerra de Corea, la purga anticomunista o la guerra de Vietnam. Cabe destacar que el origen de estar organización reside en el descontento con la política social de posguerra entre los estudiantes, que decidieron construir un organismo unitario que agrupase a todos los movimientos de izquierda universitarios. En esta línea, el Partido Comunista Japonés encabezó su dirección.
Su primera gran movilización de protesta estuvo formada por más de 70.000 estudiantes y obreros en contra del Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua entre los Estados Unidos y Japón. Se enfrentaron a más de 5.000 policías de manera violenta, dando lugar a escenas que conmocionaron a toda la sociedad.
El tiempo pasó y la actividad de esta organización se debatió entre huelgas generales y marchas multitudinarias en contra de guerras como la de Vietnam o la existencia de universidades privadas. Ocupaciones y marchas que rozaban las acciones de guerrilla… Escenas difíciles de imaginar en el Japón de hoy en día.
Lo cierto es que el Zengakuren se fue desvaneciendo con la llegada de los setenta y, si bien muchos de sus miembros dieron origen a otros grupos políticos y radicales, Japón salió de esta incómoda situación social abrazando por completo la maquinaria capitalista y de consumo.
Justo en este momento, en el de mayor influencia de los Estados Unidos sobre Japón, se encuentran nuestros protagonistas en su infancia. El alunizaje del Apolo XI, la incipiente llegada de música extranjera o la aparición de series y películas de influencia americana pero construidas mediante conceptos eminentemente japoneses (la industria del cine fantástico nipón, que en su mayoría siempre ha contado con monstruos y robots apocalípticos, mezcla de ese profundo respeto por la ciencia del átomo, fruto a su vez del impacto social y cultural que dejaron las bombas de Hiroshima y Nagasaki) fueron algunos de los elementos que los niños japoneses hicieron suyos a finales de los sesenta. No es de extrañar, entonces, que nuestros protagonistas jugaran inocentemente a especular un fin del mundo apocalíptico, cargado de armas biológicas, atentados o robots capaces de arrasar ciudades enteras.
En la trama de 20th Century Boys, con la invención de esas historias fantásticas los niños asientan las bases de un mundo apocalíptico que un megalómano haría suyo como la visión de un mundo ideal a conseguir. Nace así el nudo de la obra planteada por Urasawa.
El año 1970 es el año de la Exposición Universal en Osaka que se celebra del 15 de marzo al 13 de septiembre. Los niños de 20th Century Boys quedan asombrados ante tal evento, como toda la sociedad japonesa del momento. Fue la primera exposición de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) celebrada en territorio japonés y tuvo la presencia de setenta y siete países que, durante seis meses, llenaron sus salas con todo tipo de artilugios asombrosos. Más de 64 millones de japoneses pudieron disfrutar de aquello.
Al igual que los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, la Expo de Osaka tuvo un gran éxito y sirvió de escaparate internacional para que todo el mundo fuese testigo del gran desarrollo que había experimentado Japón en la última década: un país derrotado y destruido que ahora se alzaba como uno de los más rápidos en la carrera del futuro.
La guinda de esta exposición, lo que realmente asombró tanto a los niños de la ficción como a los de la realidad, fue una gran roca lunar que se exponía en el Pabellón de Estados Unidos. La muestra de que la llegada a la Luna por parte del Apolo XI fue real y era la confirmación de que el satélite, el espacio, estaba al alcance humano.
Por cierto, con motivo de la exposición se construyó una cápsula del tiempo que no podrá ser abierta hasta 6970, cinco mil años después de 1970. Los niños de 20th Century Boys, por supuesto, hicieron lo mismo; aunque el contenido de su cápsula era de vital importancia y convenía abrirlo en cuanto antes para salvar el mundo.
Japón cumplió con lo que quiso mostrar en Osaka y la década de los setenta es recordada por todos como la del milagro económico japonés. En 1971 el país era el tercer mayor exportador del mundo, sólo por detrás de EEUU y Alemana Occidental. El crecimiento económico alcanzó una media del 7% en esa década y un 8% en la siguiente. Durante este periodo se implementó un método de producción sumamente productivo (valga la redundancia) denominado Toyotismo, que producía según lo que el cliente pedía y con las especificaciones que pedía el comprador. Se basaba en tres grandes reglas: el empleo vitalicio (hasta la jubilación a los 70 años), el salario según capacitación, experiencia en la vida (según la edad) y años trabajados en la empresa y, por último, un sindicalismo empresarial muy particular que siempre buscaba la armonía entre jefe y trabajador, atendiendo de manera prácticamente igualitaria a ambos.
En síntesis, podemos decir que de los años sesenta a los años ochenta Japón vivió una edad dorada en lo económico y de relativa tranquilidad social (una vez abandonados los movimientos sociales y las marchas estudiantiles de gran envergadura). Norteamérica era su principal cliente, lo que le permitió saltar con facilidad al resto de mercados. Con ello, Japón pronto superó a todas las naciones de Europa Occidental en PIB y se situó detrás de EEUU como potencia industrial mundial.
Crisis económica y alineación del individuo en un mundo global (90-00)
Pero todo lo que sube baja, y el crecimiento económico japonés redujo su marcha a finales de los ochenta, dando paso a la «década perdida». Los años noventa fueron para Japón un período de estancamiento económico debido en gran parte al fracaso del Banco de Japón al intentar bajar las tasas de interés para contrarrestar los efectos del colapso de la burbuja inmobiliaria de finales de los años ochenta (considerada como una de las mayores inflaciones especulativas de la historia económica moderna). Para algunos especialistas, Japón entró entonces en la denominada «trampa de la liquidez».
Y aquí es donde empieza la historia actual de 20th Century Boys, con la que se nos presenta a unos protagonistas ya maduros pero aún jóvenes que descubren atónitos como un malvado villano está tomándose demasiado al pie de la letra el fin del mundo que imaginaron de pequeños.
Kenji y compañía tienen que enfrentarse entonces a la secta de Amigo, un grupo religioso que pasa de ser una pequeña comunidad fanática a una mega-organización política y militar que amenaza con dominar el mundo. Urasawa pone sobre la mesa conceptos como la religión, el poder las sectas y la acción de los grupos terroristas.
El 20 de marzo de 1995 cinco miembros de la secta Aum Shinrikyo liberaron gas sarín en varias líneas del metro de Tokio de manera coordinada. El atentado se saldó con trece muertos, cincuenta personas gravemente heridas y casi mil afectados de manera de directa en lo físico y/o psicológico. El ataque fue dirigido contra trenes que pasaban entre Kasumigaseki y Nagatacho, sede del gobierno japonés. Resultó ser el ataque más serio ocurrido en Japón desde el fin de la II Guerra Mundial.
Entre las fuentes consultadas para reunir los datos necesarios sobre este espeluznante episodio de la historia reciente de Japón, destacamos dos obras fundamentales. Por un lado, la pieza audiovisual titulada Hora Cero: Terror en Tokio, un documental británico-canadiense que fue emitido en canales como la BBC, The History Channel o Discovery Channel y que ofrece una reconstrucción detallada del atentado con datos sobre la secta y entrevistas a las víctimas. Por otro lado, el libro Underground del escritor japonés Haruki Murakami, que entrevista a más de sesenta personas que resultaron ser víctimas directas o indirectas de esta masacre.
La sociedad japonesa no había vivido hasta ese momento un atentado terrorista de esa dimensión. Para empezar, los atacantes utilizaron un arma química clasificada como arma de destrucción masiva por la ONU (en concreto, se trata de un líquido evaporable incoloro e inodoro en su forma pura que posee una extrema potencia como agente nervioso). Esos cinco terroristas, por cierto, eran personas cultas y bien instruidas (graduados y licenciados en física, inteligencia artificial y medicina).
Hablamos de que Japón no había vivido algo así, pero en realidad estamos hablando de un mundo pre-11S en el que la sociedad, camino a la feliz globalización, aún no había probado el lado amargo de la misma y no estaba acostumbrada a la existencia del terrorismo de capacidad y alcance internacional
En cuanto a la secta que ordenó estos ataques en el metro de Tokio, Aum Shinrikyo es el antiguo nombre de un grupo religioso actualmente conocido como Aleph. Fue creado por Shoko Asahara, quien en 1992 publico un libro en el que se declaraba así mismo como un mesías ilustrado e identificado como «Cristo». Profetizaba además sobre el fin del mundo, que pasaba por una Tercera Guerra Mundial y describía un conflicto final de tintes nucleares. Con esto, defendía que su misión era la de tomar sobre sí los pecados del mundo con el poder de transferir poder espiritual a sus seguidores y finalmente absorberles sus malas obras. Veía conspiraciones por todos lados y tenía en sus ataques la manera de acelerar el apocalipsis que promulgaba, tal y como concluyeron las investigaciones judiciales.
El culto comenzó sus ataques en junio de 1994 en Matsumoto, con la ayuda de un camión mediante el cual miembros del grupo lanzaron una nube de gas sarín que sobrevoló cerca de las casas de los jueces que estaban supervisando una demanda sobre una disputa de bienes terrenales que preveía fallar en contra de Asahara. Debido a este incidente, 144 personas fueron trasladadas al hospital y siete murieron.
En un primer momento la policía no cercó su investigación sobre Aum Shinrikyo, por aquel entonces discreta. No fue hasta el atentado en el metro de Tokio, con la misma arma química, que los investigadores ataron cabos. Es más, en el documental citado con anterioridad, el jefe de la inteligencia japonesa declara que en un primer momento se pensó que este ataque sobre Matsumoto era obra de Corea del Norte, «su enemigo más peligroso».
Intentar comprender qué tipo de pensamientos llevan a personas cultas e instruidas (recordamos de nuevo que los perpetradores del atentado del metro eran licenciados en carreras de ciencias) a cometer un acto tan terrible resulta tremendamente difícil. Introducirse en la mente de un criminal es algo peligroso e incómodo, pues estaríamos ante una psique monstruosa, capaz de matar por ideales fanáticos, propios o impuestos.
En el caso de los seguidores de Asahara, las investigaciones llevadas a cabo para la desarticulación de la banda concluyeron que los miembros de la secta eran personas que habían renunciado a su vida anterior, cediendo parte de su riqueza y posesiones al culto. Cegados por la figura del gurú personificada en Asahara, seguía los dictámenes de un líder que no dudaba en darles drogas sintéticas (LSD) de manera a veces involuntaria para proporcionarles «experiencias místicas». Los informes concluyeron, además, que el equipo científico-técnico de la secta llegó a diseñar unos «cascos psi» que daban descargas eléctricas a sus portadores para «estimular la actividad cerebral»; una forma de terapia electroconvulsiva.
El lector que desconozca el tema seguramente se pregunte cómo puede una secta de fanáticos religiosos que siguen a un gurú de verborrea apocalíptica hacerse con armamento biológico y seguidores tremendamente especializados como para desarrollar aparatos eléctricos o crear sus propias drogas. Pues bien, resulta que Asahara llegó a tener un activo económico muy importante, fruto de donaciones y actividades legales e ilegales. Programas armamentísticos, bienes inmobiliarios y vehículos como un helicóptero militar (con el que se especuló que planeaba rociar sarín sobre la capital) fueron algunos de sus principales gastos.
Llegados a este punto, para entender el calado de su secta y cómo puedo hacerse con tanto poder y dinero, debemos comentar que la secta Aum Shinrikyo (que etimológicamente viene de la sílaba sánscrita Om, que representa el origen del universo, seguido por los kanji de shin (verdad, realidad), ri (razón, justicia) y kyo (enseñanza, doctrina)) perseguía creencias asentadas tanto en la figura de Buda como en la de Jesucristo. Se trataba pues de una mezcla de ideas religiosas orquestadas por Asahara para su propio significado.
Así, esta secta incorpora la visión de Asahara sobre la cristiandad, con interpretaciones idiosincráticas del yoga y las escrituras proféticas de nostradamus. Con todo, se perseguía la iluminación mediante la meditación y asimilación de mantas secretos.
El culto recibió en 1987 el estatus oficial de religión por parte de las administraciones oficiales y tenía especial interés en a la población estudiantil, dúctil y prolífica. Así, como ya hemos mencionado, una parte muy importante de los creyentes tenían titulaciones superiores en universidades y trabajos con cierta responsabilidad. La vida monástica en Aum les obligaba a salir de sus rutinas habituales, dejándolo todo atrás o manteniéndolo con la condición de traerlo a la secta, como fue el caso de sus familias. O se alejaban de sus familias o las arrastraban con ellos. El candidato ideal para la captación era aquel que tuviera dudas sobre su existencia. Asahara se postulaba como el portador de «La verdad absoluta» y podía revelarla a sus miembros. El movimiento llegó a crecer de forma muy rápida entre las clases medias de las principales ciudades japonesas y se calcula que para el año 1995 eran 9.000 los miembros en Japón, y que tenía hasta 40.000 seguidores en el resto del mundo.
Si queremos entender qué motivos llevaban a la gente a formar parte de la secta, deberíamos pensar que los noventa, en la antesala del mundo globalizado e informatizado, los individuos comenzaban a estar cada vez más alienados en un mundo que cada vez estaba más conectado y paradójicamente solitario.
El derrumbamiento del pensamiento individual, la falta de comunicación social y la búsqueda de respuestas a las inquietudes y preguntas surgidas por la ansiedad ante los desafíos propios y ajenos llevaron a que muchas personas buscaran el éxito económico, social y/o espiritual en sectas y organizaciones de este estilo, que prometían la verdad absoluta, y la consiguiente felicidad, «a cambio de nada».
¿Y qué llevo a Asahara a cometer el atentado del 20 de marzo? A parte de su intención de generar un apocalípsis a mayor o menor escala (indudablemente mortal en ambos casos), dos días antes de la fecha fatal recibió un soplo de dos discípulos suyos que servían en el ejército. Le avisaron de una posible redada policial, próxima a resolverse, en la sede principal de la secta. Asahara guardaba allí sus drogas, armas y todo tipo de material ilegal que supondrían el cierre de su grupo por tráfico y actividades delictivas. Tenía que evitar que la redada se llevara a cabo y por ello ideó el ataque con sarín, que ya había sido ensayado un año antes en Matsumoto. En definitiva, el atentado tenía como fin despistar a la policía, quitarse de encima el foco de atención y ganar tiempo.
Nos encontramos ante un ego criminal que no dudaba en cometer el peor de los crímenes con tal de salirse con la suya e imponer su visión del mundo sobre los demás. Una personalidad extrovertida y extraña, atractiva para las mentes débiles ansiosas por hallar respuestas a preguntas propias e impuestas. En el documental referenciado, un ex miembro de la secta declara que Asahara no dudaba en castigar de forma severa a aquellos sobre los que sospechaba, tachaba de espías o simplemente discrepaba. Así, el embelesamiento inicial de los miembros de la secta pasaba a ser auténtico miedo cuando sus ideas comenzaban a discrepar con las del líder. Nadie se atrevía a discrepar o a denunciar a quien contaba con «ministros de la curación» para tratar a los descarriados con pentotal sódico o descargas eléctricas. En concreto, la grabación habla de hasta 46 miembros de la secta asesinados bajo esta disciplina.
El atentado del metro de Tokio se cerró con 12 muertos dejón innumerables secuelas, algunas de ellas extremadamente graves, en los supervivientes. Las investigaciones apuntan a que, de haber sido un sarín más purificado y tener una mayor exactitud en la ejecución del atentado, los muertos se habrían contando por centenares.
Asahara guardó algunas esperanzas de salir impune, como hacía un año, pero la policía conectó cabos y en seguida concluyo que la mano detrás del atentado era la Aum. Dos días después del ataque, un equipo integrado por 2.000 agentes de la policía hizo redadas en 25 locales de la secta por todo el país. Se efectuaron numerosas detenciones y se requisaron sustancias químicas, equipo de laboratorio y grandes cantidades de documentos. Las instalaciones técnicas de Aum salieron a la luz, con el citado helicóptero militar.
En los meses siguientes, la policía efectuó más de 500 redadas tras decretar una persecución masiva de los miembros del culto, pero Aum todavía estaba viva. El 30 de marzo, el jefe de policía a cargo de las investigaciones recibió cuatro disparos cuando salía de casa para ir a trabajar. Sobrevivió de milagro. Finalmente, Asahara fue detenido el 16 de mayo; ese mismo día una carta bomba explotó en las oficinas del gobernador de Tokio. Entre mayo y julio, la secta realizó otras cuatro tentativas frustradas en el metro; en dos de ellas utilizaron Zyklon B.
Tras un prolongado juicio de ocho años, Asahara fue condenado a muerte junto a los cinco perpetradores del atentado del metro en marzo. Por otro lado, el considerado como último fugitivo de la secta fue detenido en 2012.
Si has conseguido llegar hasta aquí, querido lector, y has leído o conoces en parte la obra que hoy tenemos entre manos, habrás dado con muchas similitudes entre este triste episodio de la historia moderna de Japón y 20th Century Boys. Parece claro que Naoki Urasawa quedó profundamente marcado por este evento (de manera consciente o no) y se inspiró en los actos de la secta de Asahara para formar la de Amigo. Repasemos…
Un gurú que se alza como poseedor de la verdad absoluta, absolvedor de pecados y mesías profético «capaz de levitar». Una secta que comienza siendo una pequeña agrupación fanática y llega a ser una organización religiosa de carácter casi militar con presupuesto elevado, armamento y miembros de élites académicas e integrantes de cuerpos de seguridad, así como influencia política. Maletines, tráfico de drogas y armamento, ajustes de cuentas… Atentados con gases nocivos e intenciones de esparcirlos por toda la ciudad ¿Hablamos del culto de Amigo o de Aum? Por suerte, siempre habrá gente como Kenji y sus amigos, dispuestos a luchar por el bien y destinados a salvar la humanidad.
Existe todo un mundo entre el nuestro y el de Naoki Urasawa, por lo que de momento no sabemos si se inspiró de manera directa en las acciones del culto de Asahara para crear el perfil apocalíptico de la secta de Amigo en 20th Century Boys, pero lo cierto es que, de manera inconsciente o no, el 20 de marzo de 1995 quedó grabado en la memoria de toda una sociedad.
Con todo, podemos decir que el manga protagonizado por Kenji y sus amigos es una obra de inmenso valor, con distintos niveles de lectura, que invita a comprender diversos aspectos de la sociedad que dibuja. El texto está ahí, asentado, y es trabajo del lector indagar en las claves que ofrece su autor fuera de él.
Si aún no habéis leído el resto de artículos publicados a lo largo de esta semana temática con motivo de lanzamiento del kanzenban de 20th Century Boys, os invitamos a que os paséis por la reseña del primer tomo, la guía de lectura del autor para aquellos que busquen ir más allá, o el metamanga Mangari Michi, para seguir profundizando en las curiosidades de esta obra maestra del cómic.
Por último, nos gustaría despedirnos diciendo que, siempre que el lector del presente artículo haya disfrutado de su lectura y ésta tenga éxito, desde Zona Negativa nos plantearemos traer una segunda entrega analizando las referencias culturales de la obra conforme vayamos reseñando futuras entregas de la presente edición publicada por Planeta Cómic.
«Busca cómo se reproducen los ácaros». El mensaje llegó cuando llegan las mejores solicitudes: de madrugada. Por alguna razón que escapa a la lógica, estos animales invisibles que hacen llorar y moquear a millones de personas aparecieron en una de esas conversaciones que todos merecemos tener de vez en cuando. Gracias a Google, a la curiosidad […]
El último gran viral del año es un 'trap' de Las Meninas. Como suena. Si no está habituado a este tipo de humor tendrá que verlo más de una vez, pero hágalo libre de prejuicios, porque de primeras la mayoría piensan "¿pero qué locura es esta?".
¿Ya? Ahora usted pertenece a uno de los dos bandos: o lo ama o lo odia. Si pertenece al segundo grupo no siga leyendo, para qué hacernos todos mala sangre en los comentarios. Si, por contra, pertenece usted a ese grupo de tres millones de ciudadanos que enloquecen con la pieza, déjeme que le cuente que es obra de Christian Flores (Huelva, 1988), un editor de vídeo de la publicación para jóvenes Playground que, además, es un fanático del 'trap'. "Tengo una relación de amor/odio con el género. Me gustan mucho Kinder Malo o C. Tangana, pero a veces me paro y me digo 'joder, si es que esto es muy malo'".
"La idea nació en una reunión creativa de la revista. Queríamos hacer un vídeo que incluyese 'trap' y personajes históricos, y decidimos empezar por Las Meninas, que es el cuadro más conocido del mundo", explica Flores. Tardó cinco días, en jornadas de ocho horas, en conseguir la pieza, ya que él solo compuso y cantó el 'trap', además de editar el vídeo. "Estaba muy motivado, el ambiente en Playground estimula la creatividad, yo sabía que podía hacer cualquier cosa", dice Flores. "Lo que no me esperaba es que iba a tener esta recepción".
La letra es un lamento de la infanta Margarita por el tiempo que le ha tocado vivir: 'Yo soi una niña de 1600, i e nasio en una burbuja llena privilegios, i la vida en palacio es mu aburrida, tenemo ke inventarno el drama'. El motivo se lo encontró el artista en un evento familiar: "Estuve en una comida donde a una niña de cinco años, con toda la buena fe del mundo, sus abuelas le decían que tenía que ser coqueta, que estar guapa", afirma Flores. "Y me sorprendió ver que, en este aspecto, ahora estamos igual que en 1600".
Aunque se concibió desde el primer momento como un vídeo que además de divertir sirviese para aprender historia, Flores confiesa que no conocía demasiado en torno a la obra de Velázquez: "Lo tuve que mirar en Wikipedia y aluciné con la enorme leyenda negra que tiene este cuadro detrás". En un momento del vídeo, quizá el más descacharrante, Margarita acusa a sus ayudantes de cámara de presionarla demasiado para su edad. "Es nuestro trabajo, Margarita, te estás inventando cosas". Sea como fuere, basta con echar un vistazo a las redes sociales para comprender que ha conseguido su objetivo y que miles de jóvenes hablan del pintor sevillano como lo harían de un personaje de actualidad.
El éxito del vídeo ha trascendido el lector medio de la publicación, una mujer de entre 18 y 25 años, y ha llegado a perfiles muy distintos, como el del director Nacho Vigalondo, que se ha declarado un incondicional de la pieza. Flores se declara superado por el impacto de la pieza: "Ha sido increíble la recepción, la de gente que me ha dado la enhorabuena. A algunos, como a Vigalondo o a David Pareja los admiro mucho, es para mí un sueño".
La mejor noticia es que el vídeo de Las Meninas es solo el primero de una serie relacionada con el arte: "Aún no hemos decidido cómo será, pero sí tengo dos cosas que adelantarte: que el próximo será sobre 'La Última Cena', de Da Vinci, y que seguro que no tendrá tanto éxito como este", concluye Flores.
El perreo no gana para polémicas. Maluma ha tenido un año complicado, esquivando acusaciones de machismo solo por hacer canciones sexualmente explícitas. 'Despacito' es considerada una joya por millones de oyentes y una basura por muchos expertos 'gourmets' del pop (que normalmente detestan la música comercial latina desde hace treinta años). Giorgio Morder fue abucheado por un grupo de asistentes a su sesión en Madrid, que consideraban intolerable que pinchase a Luis Fonsi. Tras el verano, cuando todo parecía calmarse, ha explotado un debate internacional sobre la letra de 'Mayores', de la californiana de origen mexicano Becky G, un himno poderoso sobre las mujeres que prefieren amantes maduritos. El tema ha alcanzado el número uno en España y registra más de 724 millones de clics en Youtube.
Su frase más explícita dice "A mí me gustan muy grandes/ que no me quepa en la boca/ los besos que quiera darme/ que me vuelvan loca". Algunas asociaciones civiles de América Latina han solicitado la retirada de la canción, alegando "incitación a la pedofilia". En nuestro país, 'Operación Triunfo' pidió a Becky G que suavizase los versos de la discordia, a lo que la artista accedió, para luego arrepentirse y acusar a TVE de machismo. ¿Es 'Mayores' una letra intolerable o estamos ante la enésima histeria linchadora de los batallones políticamente correctos?
Comer penes desproporcionados
La chispa que ha encendido el fuego es un vídeo tomado con el móvil donde se ve a un grupo de menores en un patio escolar cantando a voz en cuello el éxito de Becky G. Curiosamente, el rechazo a esta canción une a dos grupos presuntamente antagónicos, las asociaciones por los valores tradicionales y el feminismo más moderno. La página web Jenesaispop publicaba estos días un duro texto de condena, que se colocó como el articulo más visto del día. Reproducimos un fragmento: "La canción trata, efectivamente, de comer penes desproporcionados. Verbaliza esa fantasía porno según la cual a las mujeres nos encanta que nos introduzcan vergas gigantescas por la boca, que adoramos que nos desencajen las mandíbulas, que nos atraganten, nos asfixien", explica la autora, Mireia Pería.
Curiosamente, su denuncia coincide con un comentario del rockero Fito Cabrales lamentando que el actual ambiente de corrección política hubiese llevado a Javier Gurruchaga a tomar la decisión de no interpretar en vivo su éxito 'Ellos las prefieren gordas' por miedo a las reacciones de rechazo que pudiera provocar. Tanto Becky G como la Orquesta Mondragón utilizan un juego de dobles sentidos, donde podemos interpretar que se refieren a penes grandes o bien a señoras con sobrepeso –caso de los vascos– o a los besos de su amante mayor –caso de la californiana–. En realidad, estamos ante un viejo problema de la historia del pop. Recordemos que la escena de apertura de 'Reservoir dogs', primera película de Quentin Tarantino, consiste en un tenso diálogo sobre si 'Like a Virgin' de Madonna trata sobre una chica tímida que encuentra un amante sensible o sobre la primera vez que la protagonista disfruta una verga extragrande. Triunfa la segunda interpretación.
Doble rasero pop
Hay una frase realmente reveladora en el artículo de Jenesaispop. La autora aclara que "el problema realmente no es el género musical, sino esa imagen traspasada a las cantantes, dirigidas principalmente a las mujeres (y, más en concreto, a niñas y adolescentes) y que venden fantasías masculinas heterosexuales, pensadas por hombres, reflejando imaginarios masculinos y que perpetúan unos roles repugnantes". Cuesta creer que no tenga que ver con el género musical, ya que la web donde se publica el texto promociona extensamente a divas pop como Britney Spears, que se hizo famosa por aparecer en vídeos interpretando a una explosiva colegiala sexy.
Jenesaispop también ha dedicado varios artículos elogiosos a Serge Gainsbourg, icono pop conocido por su glamurización de la pedofilia, especialmente en canciones como 'Lemon Incest' o 'Les Sucettes' (piruletas de anís), que presentan dobles sentidos mucho más crudos sobre sexo oral o incesto. La última la interpretó en 1985 como dueto con su hija Charlotte Gainsbourg cuando esta solo tenía catorce años. El doble rasero es evidente: ¿tenemos que creernos que las campañas censoras contra artistas de reguetón no tienen que ver con el desprecio a la música comercial latina? Parece que la extensa relación del pop con la reproducción de fantasías masculinas solo molesta cuando viene de una artista con raíces al sur de Miami.
Libertad de expresión
Otra pregunta fundamental es por qué son las artistas femeninas quienes más sufren este tipo de campañas y censuras. El rapero valenciano Nega publicaba un tuit que resume bien el problema, con el estilo macarra que le caracteriza: "Lo de prohibir 'Mayores' de Becky G es como un reflejo 2.0 del 'Me gusta ser una zorra' de Las Vulpes, es decir, como si no hubieran pasado 35 años. Y si le añades un poquito de clasismo hacia lo latino y el reguetón y una mujer libre, los cuñados implosionando sobre sí mismos".
Precisamente, las diversas acusaciones contra la letra (exaltación de la pedofilia, promoción de las fantasías masculinas, peligro para los menores) son un zafarrancho de reproches que nunca se aplican al pop francés o anglosajón. Nega recuerda a Las Vulpes, grupo femenino que sufrió un feroz ataque de la derecha española en 1983 cuando interpretaron en TVE su canción 'Me gusta ser una zorra'. El diario ABC les dedicó un editorial demoledor, pidiendo al Gobierno que tomase medidas, lo que se tradujo en la desaparición del espacio televisivo 'Caja de ritmos'. Es evidente que a las mujeres se les permite un margen de libertad mucho menor al expresarse, vestirse y actuar. El arranque de la carrera de Gloria Trevi escandalizó a México con un material que hoy nos parece más entrañable que condenable.
Las Vulpes - 'Me gusta ser una zorra'
El pop debería ser un campo abierto para expresar preferencias sexuales. La autora del texto de Jenesaispop puntualiza que su problema con Becky G radica en que no compuso su canción, sino que tiene autores masculinos. El caso es que la artista aceptó cantarla, haciéndola suya, momento en el cual se convierte en responsable (igual que Britney con las suyas y tantas otras divas pop). Mucho más interesante parece el enfoque de la web barcelonesa Playground, que hace notar un detalle relevante del vídeoclip.
Durante la trama, Becky G. se debate entre un amante joven y otro maduro, para decidirse finalmente por el último. Suben a la habitación y ella le ata a la cama para algún tipo de juego sexual. Una vez inmovilizado, ella le roba joyas y fajos de billetes y se marcha… con su joven amigo Bad Bunny. "Uno de los principales malentendidos respecto al feminismo consiste en creer que su objetivo es acabar con la masculinidad. Evidentemente, el objetivo del feminismo no es acabar con la masculinidad, sino con la desigualdad y los privilegios ganados por nacer hombre", explica el periodista y novelista Antonio J. Rodríguez, responsable del texto.
Es razonable valorar a partir de qué edades puede permitirse el contacto de los menores con contenidos sexualmente explícitos, pero tampoco olvidemos que estas canciones contienen dobles sentidos tirando a inocentes. Además la mayoría de los menores saben distinguir entre la fantasía y la realidad. Parece improbable que vayan a tomar el ripio de una canción pop como un mandamiento vital.
1) Make up the name of a dance move. 2) Make up the dance move. 3) Congratulations, your song is about doing the dance move (preferably with instructions.) Now go! Just be careful out there. [all links to youtube]
Este viernes en ‘Tu cara me suena’ David Amor rememorará al grupo Banda Blanca, cuyo mayor hit fue ‘Sopa de caracol’. Un tema que todos cantamos (y algunos bailaron, no es mi caso) allá por inicio de los años 90, cuando todos éramos sandungueros. Un grupo y tema que, por cierto, ya imitó Santiago Segura en una de sus cientos de actuaciones en el programa.
Se trata de una canción que tiene un estribillo tan extraño como el Aserejé, y que reza:
“Wata Negui Consup, Luli Ruami Wanaga, Yupi pa ti Yupi pa mi”
Muchos intentaron encontrarle un significado. No recuerdo quién me dijo una vez que era inglés, y que sería algo así como “got (o what) a very good soup”, o cualquier otra referencia a hacer una buena sopa (de caracol, claro).
Pero resulta que, tal como chiva la Wikipedia, realmente es una canción con estrofas en garífula, lengua de un grupo étnico que resultó de la mezcla de africanos y aborígenes arehucas y caribeños. Una lengua que en 2001 fue declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y que es una mezcla léxica del francés, el inglés, el español y algunas lenguas africanas. Osea, que cantábamos casi en esperanto sin saberlo.
Además de Banda Blanca el cantante portorriqueño Wilkins también la incluyó en su repertorio, y en 2015 subió a redes un vídeo y explicó que en el famoso estribillo “dice que están haciendo sopa de caracol, y eso es bueno, porque afloja la cadera y la cintura”. Que dicho así a mí me parece que te cagas vivo y te afloja todo el cuerpo.
Sin embargo, en Wikipedia encontramos otra traducción. Y ya sabemos que Wikipedia es como Lydia Lozano, siempre tiene razón aunque sus fuentes no sean del todo fidedignas.
“Wata Negui Consup”: Quiero comer sopa
“Luli Ruami Wanaga”: Quiero seguirla disfrutando
“Yupi pa ti Yupi pa mi”: Un poco para ti y un poco para mí.
Así pues, podríamos resumir en tres palabras la canción: Quiero Una Sopa.
A silver lining to the fallout from the Harvey Weinstein story, and the seemingly countless others like it: We’ve seen (some) increasing social awareness of the emotional, interpersonal, and often career-ending damage of sexual abuse in Hollywood and countless other fields. And yet there’s one aspect of the aftermath for...More »
It's a weird to watch the country with an almost fetish-like focus on freedom constantly attempt to roll that freedom back.
The United States is currently in a tizzy, again, over what should be a simple and quick discussion—net neutrality. On December 12, the FCC will vote on whether it wants to roll back the net neutrality regulations that were hard won by information activists in 2015. If reeled back there is a possibility that internet service providers could put in place a two-tier internet, one in which they control which sites get high-speed access and which won’t.
FCC Chairman Ajit Pai says that the internet has worked well with fewer regulations in the past and he is putting the power back in the hands of the ISPs instead of bureaucrats (because telecommunication conglomerates have never abused their power in the past, right?). Pai, and the rest of the folks trying to roll these regulations back, have been met with intense and vocal opposition to their decision.
"The major fear is that they could do things like creating a two-tier internet that only sites that are willing to pay the additional fees will be carried on the fast lanes and everyone else is consigned to the slow lane,” Michael Geist, one of Canada’s leading authorities on internet law, told VICE.
The thing is, America ruining their net neutrality regulations won’t just impact them—it’ll impact the rest of the world as well.
Geist, a professor and founder of the Canadian Internet Policy and Public Interest Clinic, said that currently Canada has “robust” net neutrality regulations, but due to its proximity to the United States it can’t help but be the first to be impacted. Simply put, if this change transpires, it will impact Canadians, and other people around the world, on two different levels—business and consumer.
The most profound impact will be on businesses attempting to break into the large American market. If a two-tier internet is put in place it could allow internet service providers [ISP] to pick and choose which sites and applications get preferential treatment, something that could seriously hamper innovation and the growth of new businesses.
"The example I've given a few people features one of Canada's e-commerce stars, Shopify, and one can imagine a scenario where a large US provider strikes a deal with one e-commerce provider other than Shopify and ensure that all its online stores and services go on the fast lane,” said Geist. “That becomes an attractive thing for sites that want to set up shops online."
Another worry would be something called zero-rating—when ISPs allow preferential sites to not impact a data plan—which is a form of price discrimination. Say an ISP has a streaming service, well, they could allow access to that service with no impact to a user's data plan whereas a competing service would impact their bill.
An artistic rendering of how rolling back net neutrality will suck.
The impact on the consumer will be much more subtle than the glaring impact on business. Let’s be honest here, Silicon Valley like it or hate it, is the driving force for the majority of innovations in the digital world and it will be affected as well. Essentially, over time, with a two-tier internet, innovation will be slowed because small businesses can’t break into a market and with the even further consolidation of the oligopolies that already exist the choices will become more and more narrow.
Speaking of oligopolies, one horrifying analogy Geist made is to that of a cable company where you are forced by the demons who work there to pick from packages—where what you receive is not at the user's discretion but the companies.
“We could start seeing the world in which some of the internet packages look a lot more like cable, especially for some of the wireless services, where you have to pick your sites and social media,” he said.
Recently, Prime Minister Justin Trudeau said that he was “very concerned” with the developments regarding net neutrality in the United States. Navdeep Bains, the Canadian Minister for innovation, science and economic development expressed to VICE that net neutrality is an important issue for him.
"This is a very important issue, not only for me but, you know, it's an issue of our time, just like freedom of the press and freedom of expression,” Bains told VICE. “I think it's an important to raise awareness around net neutrality and inform the public what is at stake.
"This is about making sure that people have access to information without prejudice, I think it's really important the public understands that."
Another underlying issue at play here is America’s position as a geopolitical leader. Geist says in other parts of the world may look to America’s decision as an excuse by other regimes to pull or weaken their own regulations—something Canadians might need to worry about in the future.
The Canadian government works to promote a free and open internet across the world, a stream of advocacy that Minister Bains says is "essential" to continue.
"It's really about levelling the playing field," said Bains. "While other parts of the world are focused on building walls, we're focused on opening doors."
In over three years of collecting dreams from around the globe for my World Dream Atlas project, one thing I’ve found is that Freud was right: "the majority of the dreams of adults feature sexual material and give expression to erotic wishes."
I have certainly found this to be true. Erotic dreams are so common, yet the shame is still so deep that I receive more requests for anonymity about them than for dreams of murder. I have an entire series of nameless photographed hands just from people who have dreamt of having sex with their parents or siblings.
Below is a collection of some of the most intriguing erotic dreams I’ve gathered across the United States, along with photographs of the brave dreamers who shared them.
"I was 19 when I had the dream: A large black snake was curled around my forearm. I could feel his body pulsing. He retracted his fangs, fixed his eyes on mine, and one by one, began to suck my fingers. I was frightened, and I didn’t want it to stop. It felt like a test. If I wrenched my hand away, I knew the snake would bite. I think of that dream as a kind of initiation—a sexual awakening." —New York, USA
"I was tiny, and I was standing in somebody’s mouth—just a tiny little being. It felt intimate, and secretive, and maybe like I was somewhere I shouldn’t be. At the same time, it felt like every ounce of me was welcome. It was the most erotic thing I’ve ever experienced." —Seattle, USA
"I was in bed with a girl, rolling around under the sheets. When I looked up, the bed was surrounded by every woman I have ever had sex with, from one-night stands to ex-wives. They were all staring down at me while I frantically tried to remember everyone's name." —Ketchikan, USA
"I have this recurring dream, where I’ll be having sex with some guy. And then, in the middle of it, his features will change, and he’ll become my dad. At that point, I just go with it. In the dream it doesn’t feel dirty or anything. When I wake up, I feel filthy." —New York, USA
"There's a massive trend in my dreams of trying to have sex and being consistently thwarted by my unconscious. It keeps weaving and warping the storyline to interfere with my ambitions. Floors collapse. Water floods in. The target woman shifts identity. Once, right at the critical moment, the woman became a ball of golden light. Another time, she transformed into a black guy with glasses. I thought he might be some kind of hybrid, so I asked him if the girl was still in there. He said, 'No, sorry.' I asked him, 'Well then, why are you still holding her folder?' He just shrugged and the dream spun into something else." —New York, USA
"It wasn't human. It was some kind of creature covered in white fur, with claws and fangs. He was gaunt with big hungry eyes and a needle-dick. I knew that he wanted to have sex with me. I wasn't turned on, but I wasn't turned off either. Mostly, I was just curious. When he climbed on top of me, I let it happen." —New York, USA
"This is a dream from a long time ago. I was having sex with these two girls, and they both had little power-meters over their heads, like a video game. I could tell the effect of whatever I was doing to them, and I could see when they were getting close to climax, just by looking at the bars of the power-meters." —New York, USA
"I was at a house with this guy that I really liked. We had something romantic between us. Then, one of my students, a really beautiful 20-year-old with long blonde hair came in. She’s a good student and I like her. She said hi to me, and then asked the guy if she could kiss him. He said, ‘Of course.’ They were making out for awhile in front of me. It went on for so long that it began to feel normal, and not so strange. It made me feel old." —Gettysburg, USA
"As soon as I went lucid, I became a tiger. I could feel my muscles swell enormously. I felt my claws tearing into the earth. I ran and then I leapt—soaring for a mile at a time. Down below, I saw a woman lying on a bed. It was Marilyn Monroe. When she caught sight of me hurtling above, she opened her robe and spread her legs. Between her legs were seven vaginas. Simultaneously, I could feel my own seven enormous tiger penises become erect. I took aim, and tumbled down into her, landing perfectly—exactly as nature intended." —Detroit, USA
"I once had sex with a crescent moon—with the bottom tip of the crescent. I wasn’t sure it was a good idea, but I did it anyway. The moon had a face. It had eyes with eyelids, and a mouth—but it wasn’t saying anything." —New York, USA
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