Soy YouTuber. He conseguido vivir de esto en unos tres meses y voy a compartir contigo mi secreto. ¿Cómo lo he conseguido? Pues, gracias a la suerte.
Es broma.
En esta guía desarrollaré mi teoría sobre lo que está pasando con YouTube y con la forma que tenemos de crear y consumir contenido. Te adelanto que es un enfoque completamente diferente al que habrás visto en otros vídeos, cursos y artículos. Y para no ser el típico cabrón que mete bien de paja para aumentar la retención, te diré ahora mismo que la clave de mi teoría es EL LENGUAJE. Así es, mi guía se edificará sobre lo que es (evidentemente) el cimiento de la comunicación.
Que quede claro que esta es una disertación elaborada con criterio propio. Siempre me he flipado bastante inventándome teorías.
¿Cómo ser youtuber rápido? Leyendo esto, crack
Empezar desde cero: el lenguaje
Hacer vídeos es comunicar, y para comunicar hace falta un lenguaje. Cada creador tiene el suyo. Con lenguaje me refiero a todos los códigos que utiliza el creador para contar una historia. Estos códigos pueden ser fáciles de definir, como un vocabulario concreto (caso Sorrylag, mezcla palabras del gallego y el portugués), o difíciles de definir, como un tono, un estilo (mi caso, sarcasmo, crítica…).
Todos los creadores se van diferenciando por su lenguaje. Rubius dice “en plan” e Ibai dice “espectacular”. Y es correcto que cuando hablemos de lenguaje nos fijemos en eso, en palabras, simplemente. Porque eso cuenta. La selección de palabras es el primer paso para la creación de códigos. Si el creador tiene el poder de diferenciarse con su vocabulario, es capaz de conseguir que las palabras dejen de ser simples palabras, y que pasen a ser los códigos que compartirá con su audiencia.
Vuelvo a mencionar a Sorrylag. Podría escribir una entrada entera analizando su lenguaje, desde el tono, la forma de estructurar sus vídeos, su humor… Pero hoy solo hablaré de su vocabulario. Juja (ese es su seudónimo) es gallego y en su canal principal sube contenido muy trabajado a nivel de guion y edición sobre videojuegos. En estos vídeos la narración se convierte en protagonista, y es una protagonista muy curiosa. “Bien chopeadito”, “chequea esto”, “manin”, “buena shit”, “fetén”, “gente”… Son palabras y expresiones que repite y repite hasta que dejan de ser simples palabras y pasan a ser parte de la comunidad. La audiencia las adopta y se sirve de ellas para sentirse identificada con el creador y con la comunidad.
Cuanto más definido esté el lenguaje de un YouTuber más códigos crea con los que se puede identificar su comunidad. Cuanto más definido esté el aspecto visual, el tono, el tipo de humor, el ritmo… Todo, mejor. Un marketero diría que esto es marca personal, o algo así, pero no deja de ser lo mismo: lenguaje.
Te preguntarás por qué empiezo con esto, si tú solo quieres hacer vídeos. Es demasiado teórico, rozando lo abstracto. A mí también me costó llegar a esto.
Me acuerdo de que un día en clase nos explicaron que el lenguaje cinematográfico tenía truco. El cine es mentira. Lo que vemos en la pantalla son mentiras. Los personajes son mentiras y los diálogos… también. El truco consiste en que “firmamos un contrato” de manera inconsciente con el director. Algo así como, sé que esto es mentira, pero durante una hora y media me voy a dejar engañar para poder disfrutar de la película.
Aceptamos los códigos del lenguaje cinematográfico para poder empatizar con la trama y los personajes, y poder sentir algo durante dos horas. Mi teoría es que ocurre algo parecido en Twitch.
El año pasado no entendía lo que ocurría con Twitch. A mí me gustaba, pero era contradictorio. Llevábamos años escuchando que nuestra capacidad de atención disminuye, que los contenidos deben ser ligeros, y rápidos. Sobre todo rápidos. Hay una aplicación para las estadísticas de YouTube (que me duró una semana, quienes lo usan son sadomasoquistas), que hasta te cuenta las palabras por minuto que dices en un vídeo. Para que lo cuentes rápido cabrón que la gente se pira.
Y de repente todos se pasan a Twitch, donde hablan durante horas y horas. Con muchas pausas, momentos donde inevitablemente decae el ritmo o no se aporta nada. ¿No es contradictorio?
Para mí la explicación es que en los streamings también firmamos contratos inconscientes.Algo así como sé que va a ser largo, conozco tu lenguaje y los códigos de esta comunidad con la que me siento identificado, por eso me siento y me quedo.
¿Y qué tiene que ver esto contigo, chavalín, o chavalina, que quieres empezar en YouTube? Pues, que nadie va a firmar un contrato contigo; nadie conoce tu lenguaje; no has creado códigos con los que se pueda sentir identificado nadie, y por lo tanto nadie se queda y se sienta.
Nadie va a ver tu película, pero no te preocupes, puedes descender al inframundo y hacer lo que hacen todos los guionistas novatos cada año: el pitch de un minuto.
El pitch de un minuto, conocido por los pijos como pitching de ascensor, consiste en resumir las claves de tu película en un minuto. Por si algún día te juntas con un productor en el ascensor… Un minuto de atención es lo máximo a lo que puede aspirar un noname como tú.
¿Quiero decir con esto que hagas vídeos de un minuto? No. Quiero decir que aprendas a sintetizar. En esa síntesis debes ser capaz de contar aquello que has venido a contar, pero debes de hacerlo mostrando y diferenciando tu lenguaje, creando códigos que tu audiencia pueda adoptar. Piensa en el vocabulario, el tono, la imagen, la narrativa… defínela y muéstrala.
Una vez lo tengas, la audiencia empezará a “firmar contratos” para verte. Llegará a tus vídeos y dirá: conozco tú lenguaje, me siento identificado con estos códigos, voy a verte. Y en un futuro, cuando tengas una comunidad lo suficientemente sólida, empezarán a firmar por verte durante tres horas haciendo lo que te da la gana con ese lenguaje tuyo.
Ejemplos para despistados:
Tamayo: Cuando haces click en un vídeo de Tamayo sabes que vas a ver un reportaje serio, estilo equipo de investigación pero con un tono más cercano y distendido, con un aspecto visual formal y con un ritmo narrativo que se divide en capítulos de media hora. Inconscientemente sabes eso y firmas.
Mostopapi: Cuando haces click en un vídeo de Mostopapi sabes que va a haber un lenguaje picante, y que la imagen va a ser igual de… No necesitas más pillín.
Ibai: Cuando haces click en un streaming de Ibai sabes que vas a ver a un chaval que habla como si fuera de tu cuadrilla, pero con un tono mucho más exagerado (con razón la palabra que más utiliza es “espectacular”). Su lenguaje consiste en exagerarlo todo. Tus padres no firman.
El secreto para conseguir suscriptores rápido
Yo he crecido de 0 a 90.000 suscriptores en cinco meses. A lo mejor en un par de semanas vuelvo y lo cambio por 100K para que quede más bonito el texto.
He crecido rápido. Y no era popu en insta ni tenía mil seguidores a los que espamear mi contenido. Algunos dicen que he tenido un golpe de suerte; que el algoritmo (mágico) me ha seleccionado y ha decidido hacerme crecer. Pero mirad el gráfico. Esas curvas no corresponden a un golpe de suerte. Si eso, a tres.
Estadísticas del crecimiento del canal Lord Draugr en suscriptores
Creo que se ve claramente que los vídeos que de verdad te hacen crecer son unos pocos. Lo petan y consiguen muchos suscriptores de repente. Esos son videos buenos, pero los otros también. Aunque parezca que he crecido en tres golpes, eso no es del todo cierto. Fíjate en las líneas rojas. Son trístemente ascendentes, pero ascendentes, al fin y al cabo. Pues bien, esa tímida inclinación es el resultado de hacer las cosas bien, siendo constante. Está feo.
Lo que quiero decir es que haciendo las cosas bien creces, pero creces poco. Hacer las cosas bien no es suficiente. Tienes que hacer algo más.
SEO y actualidad en YouTube
Al contrario de lo que muchos creen, yo no empecé a crecer con el vídeo de el inglés se enseña mal. La gente empezó a ver mis vídeos con el vídeo que hice sobre el reality show La isla de las tentaciones. Subí este vídeo un viernes, un día después del estreno del programa.
Ya te puedes imaginar. Este es un programa de salseo, y los espectadores lo ven porque quieren leña. Después de cada programa quieren más, por eso muchos entran a redes sociales y a YouTube en busca de contenido extra. Ese viernes, cuando los espectadores escribieron «La isla de las tentaciones» en el buscador de YouTube, mi amigo algoritmo tuvo el placer de enseñarles un vídeo reciente. Era ágil y gracioso, la gente se quedaba viéndolo así que lo fue subiendo de posición. Y entró más gente. No porque YouTube lo recomendara, sino porque la gente lo buscaba.
Cuando todavía no tienes suscriptores YouTube no recomienda tus vídeos. Es así, no esperes que lo haga. Lo que tienes que hacer es subir vídeos que la gente va a buscar. Y no me refiero a algo como “cómo crear un blog”, o “cómo ser youtuber” (como acabo de hacer en este artículo), porque posicionar eso es imposible. No soy experto en SEO, pero mi consejo, por experiencia, es que te dejes llevar por lo que es actual.
Cuando se lió el pequeño y absurdo escándalo de Willyrex y el criptoarte hubiera sido posible posicionar un vídeo titulado “Cuánto cuestan los NFTs de Willyrex”, o, “Willyrex y NFTs: ¿Estafa?”. Pero la actualidad dura muy poco y tienes que ser muy rápido para crear un vídeo sobre el tema antes de que el cabrón de Euge Oller suba su entrevista con el mismísimo Willyrex adueñándose de la posición en el buscador.
Es como cazar. Tienes que estar a la espera, en silencio, y disparar cuando aparezca la actualidad. Parece difícil porque hacer un vídeo con prisas es la mejor manera de fallar el tiro. Pero podemos plantearlo de otra forma. ¿Y si en lugar de hacer el vídeo titulado “Willyrex y NFTS: ¿Estafa?”, te esperas un poco, y haces el vídeo “Me infiltro en la subasta de NFTs de Willyrex? Es decir, has perdido el primer tren, pero ya sabes cuándo pasa el segundo.
Puedes anticiparte a tu presa. Sabes lo que será actualidad en el futuro, por lo que tienes tiempo para prepararte y disparar a tiempo.
Piensa qué es actual en tu sector. Qué será actual en una semana o en un mes, y anticípate. Esto no te asegurará posicionarte, pero por mi experiencia, cuando se trata de actualidad, YouTube hace pruebas y da oportunidades a los canales pequeños que saben moverse rápido. Luego es cosa tuya que el vídeo sea mejor que bueno, y que tengas un lenguaje bien definido con el que algunos espectadores se sientan identificados y decidan mirar qué más esconde tu desconocido canal.
La gente no se suscribe
A mí me gustan muchos creadores. Muchos creadores que crean buen contenido. A veces los veo, pero no estoy suscrito. ¿Te pasa a ti lo mismo? Por supuesto que sí. Que un tío haga buenos vídeos no es razón suficiente para que nos suscribamos. Ni de que nadie se suscriba a nuestros canales.
Hace falta más. De hecho, viralizar un vídeo no es suficiente para suscribirse a un canal. ¿Cuántos vídeos virales has visto y no tienes ni idea de quién lo ha subido? Pues eso.
Pero si ves un vídeo viral y reconoces ciertos códigos que te llaman la atención. Entras al canal y ves un vídeo, y otro, y sigues reconociendo esos códigos y sintiéndote identificado, entonces te planteas si suscribirte o no.
Esto aplica incluso a canales que tienen como objetivo enseñar. En los últimos años no sé cuántas horas de tutoriales de Premiere, Photoshop y After Effects habré visto. He visitado muchos canales en repetidas ocasiones, pero solo llegué a suscribirme a un canal. Lo embebo aquí. Fijaros si no tiene un lenguaje peculiar, si además de aportar el valor de la información, nos aporta algo más.
Tener un lenguaje propio y definido que te diferencie es la mejor manera de crear una conexión con el espectador. Si no, intenta diferenciarte haciendo vídeos loquendo (si lo intentas y lo consigues házmelo saber por favor).
Aumentar la retención de la audiencia es más fácil de lo que piensas
La retención de la audiencia es importante y bla bla bla… Eso ya lo sabemos. Lo que no parece que sepamos es que la retención no es un jarabe místico que podemos elaborar echando unos y otros ingredientes a la cazuela.
La retención es mucho más simple que eso. La retención es la base del contrato que hacemos con el espectador. Él nos dará su tiempo, siempre y cuando este sea valorado y respetado. ¿Tú te crees que con esos truquitos de clicbait y decir que vas a contar un secreto en el último minuto, yo me voy a quedar? Amigo, adelanto el vídeo, compruebo que eres tonto, y no vuelvo.
Mi secreto para aumentar la retención es respetar el tiempo del espectador. Por cada minuto que vas a ver te digo que yo he trabajado al menos una hora. Normalmente más. El mayor trabajo lo hago con el guion, para sintetizar y organizar la historia que voy a contar, y luego en edición, para hacer que el vídeo sea lo más dinámico posible. “No, es que luego esas horas no salen rentables…”, diréis algunos. Bien, pues haced los vídeos con truquitos, metiendo ganchos y aumentando un poquito la velocidad, a ver qué tal os va.
Mi contrato con mi audiencia es que en mi canal se valora y se respeta el tiempo. Por eso ya no pido a nadie que se suscriba ni que de me gusta o que comente, porque se que lo más valioso que me puede dar no es eso, sino el tiempo.
¿Significa que cuantas más horas trabaje mayor retención tendré? Pues no siempre será así. Manda cojones tanto que hablamos de algoritmos… Y tengamos que decir que esto “no es matemático”. Pero es lo que hay. Mi consejo es que trabajes mucho tus vídeos. Que si tienes que reescribir hasta cuatro veces un guion, lo hagas; que si tienes que volver a grabar, vuelvas a por la cámara y lo hagas. Trabaja los detalles porque la audiencia sí se da cuenta. No sé si conscientemente o inconscientemente, pero se da cuenta. Si la respetas, se queda. Y vuelve.
El mejor consejo: estudia lo que hacen los grandes
Es importante aprender algo de marketing, que básicamente es saber venderse. Es importante aprender a hacer miniaturas que llamen la atención para que la gente haga click en tus vídeos. Pero es mucho más importante aprender cómo funciona YouTube. No digo a nivel informático, ni algorítmico, nada de eso. Me refiero más a un nivel social.
Fíjate en lo que hacen los grandes YouTubers. Fíjate en qué hacen, y verás qué es lo que la gente quiere. Me infiltro en la masterclass de inglés por el meme es el vídeo por el que casi todos me conocéis. Pues que sepáis que el germen de ese vídeo es la idea de “Me infiltro en una secta”, de Tamayo, mezclada con “Juego a Albion online por el meme”, de Sorrylag. Veo lo que le funciona a otros creadores, los mezclo, los machaco y los creo a mi manera. Lo hago muchas veces. El vídeo de Grefg y la narrativa épica en YouTube es una mezcla de Migala, un creador de contenido sobre filosofía que hace vídeos tipo collage, con Lessons from screenplay, un youtuber que analiza guiones de cine.
Repito: está bien que aprendas marketing, que busques consejos para crecer en YouTube y que incluso leas este artículo, pero por encima de eso está, en mi opinión, estudiar directamente lo que hacen los demás y ser tú quien experimente y saque las conclusiones.
Para terminar os dejo un vídeo de una persona a la que, si queréis ser youtubers, merece la pena escuchar.
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Y ya estaría. Mucho texto. Si queréis que haga una segunda parte decídmelo. Una última cosa antes de iros:
Yo no soy experto de nada, pero tampoco soy un tonto con un teclado. Estudié la carrera de comunicación audiovisual y un máster en creación de guiones. Eso ayuda para ser YouTuber. Aquí te explico, por ejemplo, cómo escribo los guiones (lo más importante de mis vídeos).
Tampoco está de sobra decir que Lord Draugr no es ni mi primer canal de YouTube, ni mi primer proyecto en internet. Esto lo aclaro porque casi siempre me guardo las cartas, y ahora he visto que esa no siempre es la mejor jugada.
Por último, decir que os leo a todos. Algunos me dejáis un rato pensando y cuando empiezo a redactar una respuesta veo que no tengo tiempo de responderos a todos si no es con un “sí” o un “gracias”, y vuestros comentarios suelen dar para mucho más que eso. Me consta que estáis aquí muchos que bien merecéis ser leídos más que yo, por eso os animo a que comentéis y debatáis aquí abajo. Porque aportáis mucho más de lo que puede aportar un simple texto.
Seguramente que de la generación Z para arriba lo entiendan mucho mejor así – al menos lo que es el concepto. ¿Veremos esta explicación en el futuro en los libros de texto de física?
En esta preciosa pieza titulada Anywhere Can Happen(Cualquier parte puede suceder) está dirigida por Fernando Livschitz y muestra una serie de escenas cotidianas pero imposibles, comunes pero fuera de lo común, oníricas pero con una base real.
Y con el What a Wondeful World como banda sonora, el resultado es sencillamente espectacular e hipnotizante.
Este invento de Zip Zaps es un mecanismo que permite escribir al dictado mediante reconocimiento automático de voz en una vieja máquina de escribir Smith Corona Galaxie Twelve de 1973. Es tan sencillo –o tan complicado– como suena. El resultado es una combinación de alta y baja tecnología en la que algoritmos de reconocimiento corriendo como software en un ordenador acaban produciendo el tradicional sonido mecánico de las pulsaciones y el impacto sobre el papel.
El modelo elegido es la Smith Corona Galaxie Twelve diría que del año 1973; el mecanismo utiliza varios servos que hacen de «dedos» convenientemente ajustados para moverse y pulsar sobre distintos grupos de teclas con la fuerza suficiente. Un brazo articulado mueve el carro para producir el retorno de carro y así cambiar de línea y situarse al principio de la siguiente. Es interesante que el término «retorno de carro» que se siga usando en informática, aunque provenga de la época de las máquinas de escribir manuales.
Todo el mecanismo se controla con una placa Arduino y una Pololu con Big Easy Driver para los motores, todo ello programado en C#. Con el software de reconocimiento de voz de Windows y unos auriculares con micrófono se realiza el reconocimiento de voz. El sistema funciona bastante bien y una vez superado el ¡Hello, World! como puede verse en el vídeo las posibilidades pasan a ser infinitas.
Ojalá lo hagan ahora que estoy yo aquí y me vuelva to radiativo
Planes para megaconstrucciones cafres ha habido de todos los tamaños en la historia de la humanidad; desde aquella para dejar seco el Mediterráneo y convertirlo en tierras de cultivo a la superautopista Londres-Nueva York. La idea de construir un canal navegable alternativo al de Suez entraría sin duda en el Top 10, no tanto por la idea en sí como por el método sugerido.
La idea proviene de hace medio siglo, cuando finalizado el conflicto de la Guerra del Sinaí entre Egipto y otros países árabes, e Israel apoyado por Francia y el Reino Unido, se comprobó que el estratégico Canal de Suez era un enlace vital por cuyo dominio había presiones por todas partes. Algo que con el bloqueo accidental por el buque de transporte Ever Given ha vuelto a ser tema de actualidad recientemente.
La idea que surgió de los think tanks (creo que del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en concreto) fue construir un canal alternativo que atravesara Israel de Norte a Sur, desde el Mediterráneo hasta el Golfo de Arabia, con salida al Mar Rojo. En total tendría unos 260 kilómetros de longitud y 230 metros de ancho, a través del desierto de Negev, 210 km de los cuales estaban prácticamente desiertos. Era una obra de ingeniería titánica que resultaría más grande incluso que la del Canal de Suez (de unos 193 km) y quizá incluso más complicada, con cierto «desnivel» que se podría aprovechar para centrales hidroeléctricas.
El problema era el método. Haciendo cálculos de servilleta tiraron del método más expeditivo: con 520 «pequeñas» explosiones atómicas de 2 megatones separadas unos 400 metros a lo largo de todo el recorrido. En los memorandos de la época está dibujado el trazado y el coste, al que añaden un 15% para «imprevistos»; en total 575 millones de dólares (de 1963) que equivaldrían a unos 5.000 millones de hoy en día. Algo que se podría considerar al alcance de un megaproyecto de esa magnitud, con financiación pública y privada probablemente, teniendo en cuenta la influencia que tendría en la economía de este tipo de estructura en la zona.
Pero claro… Detonar 520 dispositivos nucleares en oriente medio no parece precisamente una gran idea. Liberación de radioactividad, placas tectónicas, terremotos, en fin, lo habitual. Lo gracioso es que el memorando ignora esos problemas técnicos pero concluye con una advertencia:«Otro problema que no se ha considerado es si el proyecto es políticamente posible; probablemente los países árabes alrededor de Israel tendrían fuertes objeciones a la construcción de ese canal». Me da a mi que sí. Y lo otro, también.
