Por lo general, no creo que uno necesite haber vivido algo para poder dar su opinión sobre ello, ni siquiera que eso lo haga necesariamente más autorizado sobre un tema. Pero, pese a ello, y por evitar suspicacias quiero abrir este post contándoos que en 1991, cuando yo tenía 7 años, el Banco Pastor embargó la casa de mis padres por impago y nos echaron a la puta calle con todas las de la ley.
Es flipante las películas que se monta uno de niño.
Por aquel entonces yo no tenía mucha idea de lo que estaba pasando pero recuerdo como si fuera ayer a mis hermanos embalando cajas de cartón a toda velocidad. En concreto no se me olvidarán unas alargadas que habían recogido de la calle y que estaban impresas con unos símbolos chinos metidos en un círculo, en tinta roja. Las cajas esas le daban a la mudanza (la primera de mi vida) una sensación de incertidumbre acojonante, como si nuestras cosas fueran a terminar en un puerto de Hong Kong en una noche de lluvia.
La sensación de hogar que tenía en aquella primera casa, la que perdimos, no la recuperé hasta que me independicé.
Nos mudamos a un cuchitril de alquiler, luego a otro y al final, años después, terminamos en casa de mi abuela tras su fallecimiento. El banco subastó ‘nuestro’ piso y, por suerte, se vendió por lo suficiente para cancelar la deuda; pero fue de puta chiripa, de hecho sobraron unas 700.000 pesetas (4.000 euros) que nos ingresaron años más tarde, cuando ya habíamos conseguido salir adelante a duras penas.
Es duro y, pese a todo, estoy a favor de los desahucios.
Mi casa es tu casa
Pensaréis que estoy loco o que soy un desalmado que desea que otra gente tenga que sufrir lo que mi familia sufrió. Pero no, no es eso, es sólo que creo en la responsabilidad financiera.
No creo que alguien que no puede hacer frente a una hipoteca sea necesariamente un irresponsable, ni mucho menos. Cada cual tiene sus circunstancias y, al igual que hay muchos que se metieron a pisos exageradamente caros sin dos dedos de frente y que se ‘merecen’ todo lo que les pasa, hay otras muchas familias que sufren desgracias personales que verdaderamente les impiden afrontar las letras del piso. Que se jodan en la calle, ¿no?
Pues no, pienso que el Estado debería proveer de un alojamiento básico y digno a las familias e individuos que no tengan medios para arreglarse por su cuenta (igual que provee educación y sanidad). Pero lo que no tiene ningún sentido es permitir que alguien pida un dinero para comprarse un bien, no pueda pagarlo, y siga disfrutando del bien como si tal cosa. Algo tan sencillo es lo que sustenta todo el sistema de crédito, si los bancos no tienen mecanismos para garantizarse el cobro de la pasta que prestan entonces no prestarían. Tiene su triste guasa que la misma gente que pretende que los bancos se coman los pufos luego se quejan de la prima de riesgo, que es precisamente eso, la incertidumbre del pago de una deuda, en este caso, de un país entero.
La dación en pago (retroactiva, por supuesto) es otra de las cosas que me escandaliza cada vez que la veo entre las exigencias de las plataformas ciudadanas. Ya di mi opinión sobre ello, la dación en pago estaba ahí para quien la desease contratar, pero lo que no se puede hacer es pretender contratar el seguro de vida después de que te diagnostiquen una enfermedad terminal. Es de puro sentido común.
Lo vieron aquí primero
Precisamente cuando todos están participados por bancos.
Lo peor de todo esto, o bueno, no lo peor, pero sí una cosa que me jode enormemente, es ver a los medios de comunicación aprovechándose de este drama para posicionarse contra los desahucios. Envenenando diariamente a sus espectadores con historias de ejecuciones de embargos; el caso de Antena 3 es especialmente sangrante.
Sorprendentemente los medios no dedican ni un puto minuto a informar sobre las responsabilidades financieras, sobre los porqués que se encuentran tras un embargo. Al parecer nadie se preocupa de cómo una familia llega a perder un piso, qué sucede antes, qué pasos se pueden dar para tratar de pagar la deuda antes de quedarse tirados.
No veo a nadie proponer alternativas al horrible desamparo del desahucio. Tal vez podían haber aprovechado una habitación para alquilar antes de que fuera demasiado tarde, tal vez podrían haber alquilado el piso entero y haberse ido a otro más barato, tal vez podrían haber vendido la tele nueva y con ello haber pagado una mensualidad más. Que pena da esa familia que lleva dos años en paro y que tienen que mantener a un par de críos y en que la madre está embarazada de 3 meses, pero al parecer nadie se plantea qué cojones hace un matrimonio en paro y sin ahorros con un bebé en camino. Sería una locura pensar que el Estado bien podría retirar la custodia de esos hijos a una pareja de inconscientes sin planificación familiar alguna, así que igualmente es una locura retirarles ‘su’ casa.
No, es mucho mejor sacar pecho y decir que la casa es propiedad de uno desde que la firma, y que luego deba un dineral a un banco es lo de menos, son solo números y los banqueros son unos ladrones. Ya pagaremos más adelante.
Al final los desahucios acaban siendo una minoría (la mayoría de la gente abandona las casas voluntariamente cuando les embargan, como hicimos nosotros en el 91) y hasta la Unión Europea parece haber certificado que el mecanismo que se usa en España es ilegal, pero el problema de base va a continuar, el sentimiento generalizado de que los culpables de todo son los bancos y que en un contrato bilateral la responsabilidad la tiene cualquiera menos el individuo (más allá de que el Estado tendría que haber regulado que no se regalasen los créditos hipotecarios).
Bancos, aseguradoras y taxistas, mis archienemigos.
No soy el más indicado para defender a la banca, ya que es uno de esos negocios que siempre he odiado, pero lo que no es de recibo es reírle las gracias al banco cuando nos afloja la pasta pero luego indignarnos cuando nos la pide de vuelta. Es como si las constructoras de la época previa a la burbuja exigieran a los propietarios que vendieron las casas de segunda mano por mucho más de lo que las habían comprado la plusvalía que eso les generó (os acordais, ¿no?). Al fin y al cabo es lo mismo, el precio ha cambiado respecto a lo que se tasó, así que bien podríamos cambiar las reglas del juego con carácter retroactivo. Ah no, para esto mejor no.
Supongo que todo seguirá como hasta ahora, o tal vez se paralicen los desahucios hasta que se recupere la economía, no lo sé. Pero tened claro que esos pisos al final se van a pagar (por que, de hecho, ya se pagaron), sea con el dinero público del rescate o sea en forma de peores condiciones para los que contratan hipotecas hoy pero el dinero saldrá de alguna parte. Y, sinceramente, me parecería una derrota importante que entre todos acabemos asumiendo los gastos de que un montón de familias escogieran su vivienda en el libre mercado (nadie se mete tampoco en evaluar si la gente merecía lo que estaba comprando con dinero de Monopoly) para que se las puedan quedar sin mayor problema.
Cáguela usted todo lo que quiera, su vida seguirá igual.
Alojamiento provisto por el Estado para quien no tenga otra opción (hasta que la tenga), sí, pero no en el mismo piso que no han podido pagar. Si no, estaremos extendiendo a los ciudadanos la misma exención de responsabilidad que se le ha dado a las cajas de ahorros y que tanto se critica.